P A R T E U N O
Como todos los días, iba al gimnasio a ver a entrenar al chico de sus sueños, Dess Johan, quien era merecedor de popularidad digna, ese chico traía locos a todos, sin importar nada, su apariencia era la razón de tal puesto; si bueno, no todos los años aparecía un apuesto y sexy chico de cabello pelirrojo, ojos azules y endemoniadas pecas; por lo cual no le sorprendía que ese lindo chico resaltara de los demás, aparte que pensándolo bien, el niño tenía talento.
Podía jugar muy bien cualquier posición en los juegos de cancha, sabia dibujar con decencia, hasta sabia tocar la mayoría de los instrumentos que se encontraban en la sala de música, ¿qué le seguía? ¿El poder volar? Básicamente el chico hacia de todo.
Martin Cole, “la nada”, según le había nombrado. Solo era un simple chico, con vida aburrida y apariencia mísera -según pensaba- con cabello castaño, opaco y maltratado, -según su percepción-; ojos verdes vomito, -de nuevo, según él decía- y una montonera de lunares en lugares indeseados. Él era un chico de poca existencia, no era muy tomado en cuenta, no resaltaba en nada, era de los callados al final de la fina, junto a la sombra y polvo de los demás, el decía, “–Sí pudiera recogería mi poca dignidad, sino fuera porque el conserje ya se la llevo–”, simplemente era un pequeño montón de estorbo a vista de todos y de nadie.
Quiso disimular; tomaba cortas pausas, actuando como si meditara o pensara las cosas que iba anotando en su vieja libreta, no solo más que palabras sin orden plasmadas sin expresión alguna, era casi como un diccionario, pero era realmente una buena fachada para disimular el hecho de estar mirando a el gran Dess y sus músculos -claramente evidentes-. Más no se esperaba lo que ocurrió.
Aquel chico sexy, se giro dirigiendo su mirada hacia él, encontrándose rudamente con su penosa mirada y como si nada, como si fueran mejores amigos, le saludo.
Le sonrió con ternura y alzó su mano derecha moviéndola de un lado a otro. Cole se extraño y le respondió enmarcando una ceja apuntándose así mismo, mirando a los lados en busca de alguien, causando una suave risa en Johan, lo suficientemente alta como para poder oírla, y sí, lo confirmo, le había saludado a él, lo aseguro por el asentir del pelirrojo hacia su persona y por el "–Sí, Hola Cole–" con altura como para llegar a la perfección a sus oídos y con aun gran confusión elevo su mano imitando su movimiento con pereza, desde entonces no volvió a disimular.
[...]
– Y... dime Martin, ¿qué es lo que tanto escribes?– le pregunto posando sus penetrantes ojos en él.
Después de esa confusa escena, el sexy chico que era Dess le hablo e incluso le invito a salir, a tomar algo, lo que extrañado al doble, acepto dudoso.
Y en eso estaban ahora, resultaba que la forma de "salir a tomar" para Dess, resultaba ser, realmente salir a tomar. Los dos estaban en un bar-restaurante que quedaba cerca del apartamento -que sus padres pagaban- de Cole y extrañamente, de la casa de los Johan, según le afirmaba Dess.
– ¿Eh?... Ah, tareas del día, nada especial– mintió sutilmente observando beber al pelirrojo la última gota de la cerveza en su vaso.
Era alrededor de la quinta que tomaba y no parecía parar, ya que seguía pidiendo más y más a comparación de Cole, que ni siquiera había terminado su primer vaso, y extrañamente -como él- no era la primera vez que Martin probaba alcohol.
–No deberías tomar mucho, Dess– le sugirió observando el llegar de la mesera con el vaso del ojiazul lleno, nuevamente, de fría y refrescante cerveza.
– ¿Por qué harías tal cosa?- pregunto ignorando lo antes dicho– ¿Qué adolescente normal, hace tarea del hogar en la escuela?–
Cole frunció el ceño –Yo, me gusta tener tiempo libre al volver a casa– insinuó terminando su bebida.
Observo el pasar de la cerveza por la garganta del chico y escucho con tranquilidad el sonido de satisfacción que soltó al dejar de nuevo el vaso en la mesa.
Se la pasaron ahí alrededor de una media hora más, el suficiente tiempo como para que el castaño trazara figuras imaginarias sobre las pecas del otro y este hartarse de toda la cerveza que su cuerpo podía ingerir sin terminar vomitando, pero como resultado una buena capa de borrachera bien puesta y una asegurada resaca para el día siguiente.
En cuanto a Cole, él se había mantenido sobrio, pidiendo agua envés de cerveza, con la misma frecuencia como lo hacía su acompañante.
En el momento que pudo oler el aliento de alcohol que soltaba Dess desde su asiento, Cole decidió retirar a ambos, pidió y pago la cuenta, tomando dinero, también de la billetera de Johan, después de todo no era justo que solo él pagara.
Tomo a Dess de la cintura pasando uno de sus brazos del chico por sus hombros caminando a las afueras del local. Decidió llevarlo hasta su apartamento, pues desconocía la vivienda del pecoso en sus manos, así que, tan solo camino un par de metros hasta llegar a su departamento.
Metió a ambos en el lugar, llevando al chico hasta el cuarto donde le quito los zapatos y lo acostó sobre su cama.
– Joder, valla resistencia– se burlo y partió en busca de alguna pastilla que evitara que el ojiazul devolviera todo lo que había tomado, después de todo, él realmente no era fanático de limpiar el vomito de los demás.
Al regresar con la pastilla y un vaso de agua, se encontró con un balbuceante Dess quien mantenía abrazada a una de las almohadas diciendo quien sabe que cosas. Soltó una leve risa burlona y lo tomo de los pies, jalando lo hacia él, donde lo sentó y le hizo tomar la pastilla. Lo soltó y espero a que se volviera a acostar por su cuenta, pero no fue así, es más se mantuvo sentado, mirando fijamente el rostro de Cole, quien frunció el ceño ante su mirada.
– Cole... eres muy guapo– declaro arrastrando las palabras.
Cole como respuesta se burlo y respondió – Claro que no, Dess, solo estas borracho– y le sonrió débilmente.
– Tal vez,– rió con gracia –pero no miento, es más puedo decir que eres atractivo, lindo, guapo o incluso Sexy– dijo como si nada.
Esas palabras le hicieron pensar taradamente si el chico se encontraba sobrio, pero lo destaco, se suponía que el pelirrojo era hetero.
– No lo creo, el único sexy, aquí serías tu– jugo un poco la situación, sabiendo que no debía – Solo están pasado de copas–
Observo como el chico se mantenía en silencio bajo sus palabras y quiso afirmar que realmente estaba sobrio, sino fuera porque sintió como él, posaba sus brazos en su cuello, acercando más sus rostros.
– ¿Crees que soy sexy?– pregunto melosamente, extrañando por completo al pobre de Cole.
– Ah... ¿Por qué no lo haría?- rió nerviosamente por el tono de la situación.
Podría sentir la penetrante mirada del chico sobre sus labios, poniéndolo completamente nervioso. Jamás se había imaginado estando en esa situación, con el chico que le traía estúpidamente loco y dispuesto para hacer lo que sea, pero Cole sabía que no debería aprovechar la situación, eso no se encontraba bien.
– Bien,– dijo acercándose lo suficiente como para dejar que el otro pudiera oler su aliento– porque yo igual pienso que eres sexy, jodidamente caliente– se mordió lentamente el labio inferior, lo que causo un espasmo en Cole– Se que siempre me miras en el gimnasio, y que solo escribes para disimular que me estás viendo– dijo en ronroneos.
El tono de la voz que usaba Dess comenzaba a dar efecto en el cuerpo de Cole y si seguía así, él no se haría responsable de las consecuencias.
– ¿Así?–dejo salir con un jadeo y unas ganas desgarradoras de comerse a aquel chico.
– Sí– susurro, prácticamente, sobre sus labios– ¿y qué crees?-
– ¿Qué?– le siguió el juego.
– Tengo unas ganas de que me rompas en dos...–
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Perfecta Mirada [Os-yaoi]
Short StoryDonde el chico perfecto se fija en el marginado de la clase. →Gay, Yaoi, BL como le conozcas. →One shot. →Lemon.