Anton pov
¿Es malo querer casarse a la edad de 22 años?, tener hijos, bueno, eso de tener hijos lo dudaba un poco, eran inquietos, todo querían, preguntaban por todo, me estresaban. Pero si quería encontrar a alguien, con quien compartir mi vida, quería esa persona la cual nunca me dejara y siempre estuviera para mi. Quería sentirme el centro del universo de alguien.
Desgraciadamente la vida que tengo ahora no me lo permite. Las mujeres que aparecen en mi vida siempre llegan buscando exactamente lo mismo, dinero, poder, reconocimiento.
En este momento me encontraba revisando unos documentos de la siguiente exportación. Mi trabajo consistía en manejar todo lo que tiene que ver con el bajo mundo de las drogas. Pero claro, yo no era solo un vendedor, era uno de los grandes magnates de latinoamerica. Para tener todo el poder que tenia, jugaba sucio, pero no me importaba, era respetado, la mafia latina no era cualquier cosa, en este mundo entrabas y no salias, y si salias, lo hacías muerto.
Las cosas siempre se complicaban, los agentes del FBI nunca descansaban, eran una piquiña en el culo.
-Señor, ya salio el cargamento a Europa-dice Antoni, uno de mis hombres de confianza, con el he pasado tanto buenos como malos momentos, es mi mano derecha, mi hermano, mi única familia.
-Muy bien contactame con los que recibirán el cargamento, no quiero errores-le dije el anotó algo en su agenda, la cerró y salio de mi oficina.
Mire mi reloj eran las 6:30 tenia una reunión con diplomados españoles a las 8:00 tenia tiempo de comer algo, ir al hotel, cambiarme y subir al jet.
Salí de mi oficína rumbo al hotel, en el camino, antoni llegó a mi lado, nunca nos separábamos el hacia el trabajo sucio por mi, yo solo me encargaba de dar ordenes.
-Señor, los diplomados españoles han cambiado la cita, para las 12:00 del medio día mañana, el cargamento que va a europa no ha presentado dificultades, por el contrario en los ángeles nos incautaron 40 kilos, al parecer encontraron el punto de distribución-dijo antoni con preocupación en lo ultimo que había dicho, sabia como me ponía eso.
-Lo de los ángeles lo solucionamos en cuanto lleguemos de la reunión, quiero hablar con el que estaba encargado de la distribución en los ángeles-dije estresado, odiaba cuando pasaban estas cosas, lamentablemente el que la cagaba las pagaba con su vida. Y esta vez no seria la ecepción.
Llegamos al hotel, esta noche no tendría que viajar por lo tanto me adentre en el hotel four seasons, siempre venia para aca cuando viajo a argentina.
Antes de subir a mi habitación entre al restaurante privado, me gustaba ya que casi nunca había gente ahí.
Me senté en una mesa, tomaron mi orden y me quede mirando hacia las otras mesas vacías, a ecepción de una, en aquella mesa, había un hombre de cabello como el oro, con traje de chandall beige, parecía ser todo un hombre de negocios, no podía ver su rostro ya que estaba de espaldas. De repente me picaba la curiosidad saber quien era, si tenia tanto o mas poder que yo. Me quedé mirándolo un rato, tenia una espalda ancha y a través de su traje se notaban unos que otros músculos.
¿Que me estaba pasando? Mirándolo tan descaradamente, pero mientras el no se diera cuenta no me interesaba.
El mesero llego con mi orden, la puso sobre la mesa. Y sirvió el vino, en lo que lo observaba me olvide por completo del hombre de la otra mesa, cuando me gire para verlo, ya no estaba.
¿Que diablos se había hecho?. Me puse a buscarlo con la mirada por todo el lugar y nada, de repente, siento a alguien detrás de mi, pero no me giro ya que aquella persona habla.
-Una foto te duraría más-dice una voz varonil a mis espaldas. Tenia un acento raro, No puede ser...
-Eh, yo...-no podía hablar, era ese hombre, ¿como se dio cuenta?.
El se paso a mi lado y llego al otro lado de la mesa, no me quitaba los ojos de encima, corrió la silla frente a mi y me preguntó.
-¿Puedo sentarme contigo?-sus ojos azules como el mar me miraban expectantes por una respuesta. Tenia aproximadamente 28 años.
-S-Si-titubee-claro.
¿Por que estaba sentado en MI mesa? Las del resto del restaurante estaba desocupadas.
Y como si me hubiese leído la mente.
-Sabes, es aburrido estar solo, por eso pensé en venir a hacerte compañía-dijo despreocupado y con una sonrisa coqueta.
-Ahí no estoy desacuerdo contigo-dije sentándome derecho pareciendo imponente. Pero me debilitaba aquella mirada tan penetrante-prefiero estar solo, en silenciosa paz.
-¿Quieres que me valla?-dijo.
-Yo no he dicho eso-dije inclinandome hacia adelante, poniendo los codos sobre la mesa.
-No con esas palabras-el tomó la misma postura solo que puso ambos brazos frente a el.
Yo fruncí el ceño, ¿que intentaba hacer?.
Intentando cambiar de tema carraspee.
-¿Nos conocemos?-pregunte mientras tomaba la copa de vino y la llevaba a mis labios.
-No, pero me encantaría-respondió.
-Acaso... ¿Estas coqueteando conmigo?-pregunte indignado pero a la vez levantando una ceja incrédulo-lo siento pero no soy gay-solté sin importarme lo que pensara.
-Entonces ¿por que estas nervioso?-atacó-y mas importante-mojó sus labios con un suave rose de su lengua, mientras yo seguía cada movimiento-¿Por que no dejabas de mirarme?.
¡Mierda! ¡Mierda!
-Se me hizo extraño ver a alguien mas aquí-mentí-ademas, no es un crimen mirar a alguien, ¿o si?-contraataqué.
Me dio una media sonrisa, pero no sabia si era de burla o de satisfacción.
-No sabes mentir-dijo, no me quitaba los ojos de encima, esos ojos, eran... Preciosos-¿por que te sonrojas?-empezó a reírse, que sonrisa mas cautivadora.
Yo le evité la mirada y trate de taparme con una mano, me levante de mi silla.
-¿Ya te vas?-interrogó-Pero si no comiste.
-se me revolvió el estomago-dije con asco mientras lo miraba.
¿Que estúpido estaba siendo? ¿Por que lo miraba así? Yo... Soy heterosexual verdad?.
Me fui del restaurante, me sentía enojado conmigo mismo, y perdido por su culpa de...
¿Como era que se llamaba?
Mierda, no le pregunté el nombre, aunque... No era importante, ¿verdad?, al fin y al cabo no lo volvería a ver, ¿verdad?.
[...]
Ya habían pasados tres días desde que había visto aquel rubio de ojos azules cuales rubíes taladrantes, nunca me imagine que invadiría mis pensamientos de esta manera. Quería volver a verlo, y lo aceptaba, pero era inquietante, ya que no sabia el por que.
Acaso... ¿Me gust...? No, imposible que me guste un hombre, a mi me gustan las mujeres, los senos, no las verg... ¿O si?. Creo que me estoy volviendo loco.
Hola este libro es un poco (muy) diferente a mi primer libro, pero hacer este libro es como otra parte de mi, asi que que mejor que mostrársela. Se preguntaran ¿por que yaoi (boy x boy) "gay" y pues les comento que soy una otaku aficionada a este tipo de historias, o mas bien este genero, también el Mpreg.
Espero y me apoyen esta nueva obra, me siento muy emocionada.
Por favor; si este genero no les gusta, ahorrence sus "innecesarios" comentarios de mal gusto
Gracias.
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Nuestro
Romance¿por que cuando amamos, lastimamos? ¿somos capaces de dañar el amor de nuestra vida?, ¿existe siquiera el amor en este mundo?, ¿como un bebé puede causar la guerra entre dos países? La decision mas dificil que ha tenido que tomar Anton, amar o morir...