Capitulo 1 "Dorkie"

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Llevaba nevando ya desde hace varias semanas, pero claro, las clases no se cancelaban, eso jamás.

Por uno de los seis pasillos que daban a la sala de aulas se encontraba caminando Laura, una de las estudiantes del internado. Ella era alta, guapa, pelo medianamente largo y rizado, etc etc, y para variar; llevaba gafas negras como la mitad de la población adolescente. Era bastante tímida, es decir, le costaba hacer amigos, pero una vez los tenia ya era perfectamente normal.

Al principio Laura no queria venir a un colegio en el que habia que quedarse todo el año, pero finalmente decidió entrar en él y probar cosas nuevas. Pero no resultó ser como ella esperaba...

Una vez en la sala de aulas; una sala donde detrás de cada una de las puertas que se encuentran en ella hay unas largas y cansadas escaleras, bien para arriba o bien para abajo, se encuentra una clase, donde se da la asignatura que se haya decidido en la reunión inicial que tienen los profesores siempre a principio de curso.

En estos momentos, Laura, se dirigía a clase de Ciencias Sociales, que era una de las muchas asignaturas que se daban desde que empezabas con el primer curso en Lectic hasta que terminabas el último. En un colegio normal se darían Física, Química y Biología, dado que el primer curso en este colegio correspondia al cuarto de la secundaria de cualquier otro; pero en Lectic los profesores y directores eran tan sumamente conservadores que continuaban dando Naturales y Sociales, pero claro, éstas avanzadas en niveles superiores.

Laura se puso un mechón de pelo detrás de la oreja y, con el carpesano pegado al pecho, abrió la puerta de la clase; después de haber subido las escaleras, claro.

No había nadie en clase, era muy pronto, todo el mundo estaría comiendo ya que por los pasillos tampoco había casi nadie.

Ya que Laura, de momento, no había hablado con nadie más que con el Sr.Ghyole , el profesor de cocina, no podia haber llegado a clase con nadie mas que con él. Y llegar a clase hablando con un profesor no da una muy buena impresión.

La puerta se abrió, y pronto la Sra.Logduff hubo entrado. Sus tacones reververaban en toda la sala, resultaba bastante desagradable. Tenía el pelo largo y rizado, bastante más que el de Laura, y la piel tan blanca que algunos decian que se parecía a un Umpa-Lumpa, de la famosa película de Charlie y la fábrica de chocolate, ya que su estatura tambien era pequeña. Es decir, era tan bajita como David el gnomo.

-Hombre, hola Srta.Bayhl, llega pronto,-señaló el reloj la señora,- muy pronto, quizá debería irse, son las 14:30 y las clases no empiezan hasta las 17:00.- la miró frunciendo el ceño, haciendo que todas sus berrugas se juntaran y formaran una sola arruga.

-Está bien, adiós...- salió de la clase Laura.

Bajó las escaleras rápidamente, pero cuando estaba a punto de abrir la puerta, ésta se abrió; pero en su direccion, golpeándola en la frente y haciendola caer de espaldas contra las escaleras.

-Uy, perdón,- dijo un chico con voz de pito,- malditas puertas de doble sentido.- sonrió mientras que ayudaba a Laura a levantarse.- Soy Pablo.

-Yo Laura.- se alejó ella mostrando una simple sonrisa tímida.

A pesar de la horrible voz que tenía el chico, era bastante atractivo; era de piel morena, pelo negro y ojos claros. Aparte, era alto.

Después de dar varios pasos torpes hacia uno de los pasillos, Laura, se giró para ver de nuevo al chico que se supone que deberia estar en la puerta. Pero para su sorpresa, etaba caminando solo unos metros por detras suya.

Avergonzada se gira, pero de nuevo, se choca con alguien: una chica.

-Perdón, perdón, no miraba por donde iba y...-comenzó a hablar Laura, pero la chica la interrumpie.

-Relaja, que no muerdo- sonrie.

Laura rie nerviosamente, y más tarde, recoge su carpesano que de nuevo se habia caido al suelo.

-Bueno, adiós Laura, nos vemos por ahí.- dijo la chica mientras se alejaba.

¿Cómo se sabe mi nombre..? Se preguntó Laura, pero más tarde se dió cuenta que probablemente lo había mirado el la gran etiqueta blanca que tenía pegada en su carpeta.

Se giró para ver de nuevo a la chica: era solo un poco más bajita que ella, delgada, el pelo lo llevaba largo y liso, más o menos por el culo, y de color castaño-rubio.

Se fijó en su camiseta; era gris, de manga corta, (a pesar de estar en invierno), y ponía claramente en letras grandes y negras Carla en la parte de la espalda.

Llevaba hecha una coleta, pero con un montón de bollos, demasiados para el gusto de Laura.

Bueno, al menos hoy he hablado con alguien... pensó Laura alegremente.

Querido colegio, te odiamos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora