Capítulo 2.

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Rachel salió corriendo del coche y se fue dando saltitos hasta la puerta de entrada. Estaba súper emocionada por ver a Jack aquella noche.

-Muchas gracias por traernos Derek. -Sonreí bajándome del coche.

-Ha sido un placer traeros, preciosa - Dijo, guiñándome el ojos y, a la vez, dedicándome una de sus típicas sonrisas torcidas. Me sonrojé y él rió en respuesta. -Tengo que decirte algo. Yo...

Demasiado tarde, Rachel, estaba ya desesperada por entrar y me había pegado un tirón para sacarme del coche. Tiró y tiró de mí hasta que nos encontramos en el inmenso salón de la casa. Bueno casa, más bien era una mansión de dos plantas dividida por unas largas y anchas escaleras. Había muchísima gente esparcida por todos lados. Tirados por los sofás de cuero caoba había varios chicos de mi clase pasándose algo que identifiqué como un porro, varias parejas estaban sentadas por las escaleras liándose y una cantidad bastante grande de personas tenían un vaso en la mano mientras hablaban o bailaban al son de la música a todo volumen.

Mi amiga se iba a romper el cuello intentando reconocer a Jack entré la multitud y me reí a ver su expresión aliviada al encontrarlo detrás de la barra sirviendo copas a los invitados.

-¿Qué? No me mires así. Es de buena educación felicitarlo por la magnífica fiesta que ha montado. - Me reí. Ella tenía salida para todo siempre. -Bueno, vamos a saludarlo, no queremos ser maleducadas.

Al llegar a la barra Jack nos sonrió y me pareció ver que le brillaron un poco los ojos al ver a mi amiga.

-Al final habéis venido. - Dijo cogiendo dos vasos de plástico de color rojo de una bolsa. -¿Qué os pongo?

-Yo no...

-Dos ron-cola - Respondió Rachel sonriendo y dándome un pequeño codazo en las costillas.

Jack nos sirvió nuestras bebidas y empezó a hablar con Rachel. Quise dejarles  un poco ya que mi amiga nunca tendría otra ocasión para estar tan cerca de él como hoy, así que cogí mi vaso y me fui al salón. De repente, me encontraba en medio de un montón de gente a la que no conocía, con un vaso lleno de algo que no había probado nunca y con Harry, al cual no había visto antes, -y ni siquiera me había acordado de que estaría allí- mirándome fijamente y con un brillo malicioso en su mirada.

Su novia estaba a su derecha. Sarah. Metro setenta. Piernas largas, delgada y con una melena rubia que le llegaba por encima del trasero. Era físicamente perfecta, que fuera lista era ya otra cuestión que estaba fuera de su alcance.

Sarah estaba cruzada de brazos mirándolo desafiante. Él estaba notando su mirada, lo sabía. Cuanto más se enfada ella más sonreía él. De pronto, comenzó a andar hacia a mí. Me puse nerviosísima. Comenzaron a sudarme las manos. Miré hacia otro lado, haciendo como que no sabía que estaba viniendo hacia mí, aunque obviamente él sabía que yo lo sabía.

-Hola, Heather. - Me volví a mirarlo. Sus ojos verdes me penetraron y sentí como un escalofrío recorría mi espina dorsal.

-Hola..

-¿Bailas?

¿Yo, Heather Johnson bailando con Harry? ¡Dios! Es decir, claro que bailaría con él. Es lo que llevaba soñando desde que entré en el instituto y lo vi por primera vez. Recuerdo perfectamente como fue. Yo estaba muy asustada al igual que Rachel, solo nos teníamos la una a la otra, ninguna conocía a nadie más. Y entonces, el pasó por delante de mí; con su chaqueta de cuero y sus vaqueros desgastados y yo tuve que luchar con fuerza para que no se me cayera la baba. ¡Y aún a veces tengo que hacerlo! Y ahora él me estaba pidiendo bailar. Oh, señor...

-Mm.. vale.

-Perfecto. - Me agarró por la cintura y me llevó a un lugar algo más apartado de donde estaba todo el mundo y empezamos a bailar una canción con bastante ritmo. Él me miraba divertido mientras bailábamos. Podía sentir como me ponía más y más roja por momentos.

-Lo siento, creo que bailar no es lo mío. Me voy.

¿Qué haces? ¡No, no, no y no! No puedes marcharte así sin más. ¿Qué más da si se ríe por como bailas? ¡Has soñado con esto siempre!

-Hey, - Me cogió por la muñeca e hizo que lo mirara. -a mi me gusta como bailas.  Me parece jodidamente tierno.

Puedo jurar que en ese momento me sentí como una completa idiota. Estaba en las nubes cuando oí que Harry Stilson me había dicho que algo que yo hacía le parecía tierno.

-Gracias.

-Veo que no eres muy habladora. - Dijo en tono socarrón. ¿Por qué parecía que se estaba riendo de mí todo el tiempo?

-Créeme cuando empiece a hablar solo querrás que me calle.

¿Pero qué demonios estás diciendo estúpida?

Él rió.

-Bueno, eso tendré que decidirlo yo. - Le pegué un trago a mi bebida. Necesitaba algo de valor y según lo que sabía, esto me lo proporcionaría. Además, sabía bastante bien. -Cuéntame algo de ti.

-¿Cómo qué?  Es decir, no es que tenga tu vida gloriosa y llena de fiestas. Tengo una vida normal. Estudio, tengo una hermana pequeña. Mi vida social es modesta. Y mi mejor amiga esta pilladísima por tu mejor amigo.

Mierda, eso no debía haberlo dicho . Esta mierda me está haciendo mucho efecto.

Harry rió de nuevo.

-Eres muy divertida. Me gusta.

Seguí bebiendo para calmar mis temores durante toda la noche. Un vaso, dos, tres... No estaba segura de como estaría al día siguiente. Supongo que no muy bien. Toda la noche la pasé con Harry. Nos lo pasamos muy bien; bailamos, hablamos, incluso jugamos a verdad y reto con algunas cuantas personas más.

-Heather, creo que es hora de irnos. - Me dijo Rachel echándome su brazo sobre mis hombros.

-¿Qué? No. ¡La fiesta acaba de empezar!

-Heather, deberíamos irnos. Es tarde.

-Vete tú. Yo me quedo.

-No, tu te vienes.

-Que no. ¡No seas muermo!

-Si no quiere irse yo la llevaré después a casa. - Dijo Harry poniéndose entre mi amiga y yo.

-No sé...

-Vete Rachel.  - Dije tajante.

Rachel se fue y después todo se volvió borroso. Creo que me tomé otra copa más y estuve con Harry.  Y ya no recuerdo más...

Teenager mumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora