Sangre

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Buenos Aires, Argentina.

Diciembre 18, 2017.

Hoy es mi cumpleaños número veinte, los chicos se encuentran preparándome una sorpresa aunque ellos están seguros de que no se nada. Salgo del auto arreglada, llevo puesto un vestido que Jost me ha obsequiado, realmente les había pedido que no me hiciesen nada, pero mis amigos son realmente pesados.

–Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti... Cumpleaños Andry, cumpleaños feliz!! -Cantaron todos.

Mis padres biológicos aparecieron y cuando tuve planes de casarme con Jost –Ósea Bryan, que decidió cambiar su nombre– el año pasado, pero hemos decidido postularla para cuando termine mi carrera de medicina. Soplo las velas y todos aplauden.

–Bésame -Le ordeno. Me beso y todos nos miran riendo haciendo que nos separemos- .Te amo.

–Yo más.

Los chicos están muriéndose de la risa, pero no tengo ni la menor idea de porque: -¿Qué sucede?

–Deberías voltear -Responde Sophia.

Doy la vuelta y veo a mi hermano Johan cruzado de brazos con una cara realmente particular en él.

–Tienes mucho que contarme ¿No Andry? -Pregunta y sonrió.

–Hola Johan...

Mi hermano tiene veinticinco años y hemos estado separados seis años por la culpa de mi madre, por lo que me dijo mi hermano Franco. El haía estado un tiempo en el ejército y luego lo enviaron a la base naval de los Estados Unidos. Se acerca a mí y me abraza.

–Hola Andry ¿Cómo estás? –Pregunta.

–Feliz, son veinte años hermano –Respondo.

–Feliz cumpleaños hermana, tengo un regalo para ti –Dijo y volvió a abrazarme. –Ten, las llaves de tu nuevo bebé.

Siento algo raro en el por un instante, el contacto de su piel con la mía es fría. Los vellos de mi nuca y mis brazos se erizan. Cortamos el abrazo y Jost se acerca para saludarlo.

–Gracias Johan –Sonrió tierna.

Me acerco a los chicos que están platicando. Me siento al lado de Roy, tomo un vaso de Bourbon y consumo hasta el fondo.

–Oh Andry, sé que son veinte pero sabes que en ocasiones no controlas el alcohol –Menciona Alex y asiento.

Es cierto, muchas veces el alcohol me hace salir de control, es realmente terrible. Ni siquiera sé porque ya que desde pequeña consumo alcohol. Miro a Jost hablando con Johan. Noto los ojos del último rojos. Vuelvo la mirada al vaso. Hecho más Bourbon en el vaso y me levanto. Llego al lado de Johan.

– ¿Podemos hablar un segundo? –Pregunto confundida.

–Claro.

Observo a Jost un momento para que distrajera a las chicas mientras yo hablo con mi hermano. Emily, Valeria y Brenda –Mis compañeras de la universidad– no saben nada sobre nosotros, no aun.

– ¿Qué sucede?

–Eso debería de preguntarte yo a ti –Le digo. –Sueles ser más formal y que yo sepa Jost no te agrada.

Sonríe y me mira fijamente. Su mirada se penetra en mis ojos, esos ojos que me dan algo de mala espina.

–Está bien, te contaré –Dice y me siento aún más confusa. –hace algunas semanas me reuní con Alson, Roy y Jost para hablar acerca de los elegidos.

– ¿Estas tratando de decir que eres un chupasangre y que soy la única que no lo sabía hasta ahora? –Asiente y rio irónica. –Bien hecho, eres el mejor hermano del mundo.

Y todo se desvaneció. Siento como si me arrojaran un balde de agua fría en la cabeza.

La verdad es que me siento completamente confusa, ya han pasado dos años sin sabes de chupasangres y ahora volvemos al mismo asunto.

–Soy un vampiro –Afirma.

­­–Fantástico –Digo irónica.

–Cuando estaba en la base naval hubo una pequeña invasión de vampiros condenados a ser presa fácil para Ghouls, solo que mientras ellos eran condenados su líder estuvo ocupado convirtiendo personas fuertes y entrenadas solo para crear un ejército. Solo Ben el primo de Jost, y yo logramos escapar –Se detiene y suspiro. Sus palabras pesan y más aún por tener que decírmelo. –Sabes que te amo Andry y siempre hare todo para protegerte, pero no lo logre hacer esta vez.

– ¿De qué hablas?

–Estas condenada, si no encontramos un vampiro poderoso que pueda convertirte en uno, puedes terminar siendo sacrificada. Digamos que tu sangre es un... ¿cómo decirlo? La salida para terminar el problema que hay ahora con los vampiros condenados.

–Sigo sin entender.

Todo se tornó oscuro, estaba metida ya en tremendo lío, uno que había creído haber eliminado y ahora está de vuelta.

–Estoy completamente maldita –Afirmo con sarcasmo.

–A menos que busquemos otra solución, no hay más que irnos a buscar ayuda –Dice Jost acercándose.

Los chicos se han marchado sin darme cuenta. Al parecer nuestra conversación ha sido más larga de lo que esperaba.

– ¿Podrías tu explicarme lo que mi querido hermano intenta?

–Dejare que lo haga otra persona –Dice y se marcha con Johan de la sala.

–Hola Andry –Al oír esa voz giro sobre mis talones y miro asombrada a la figura que tengo enfrente.

–Hola Boris.

Ya entendía todo con claridad. Es irremediable, pero no pensaba dejarme atrapar por un estúpido bastardo que lo único que quiere es tener un gran poder en sus manos He prometido ayudar en lo que fuera solo por mantener a mi familia y amigos a salvo. Es algo ilógico que un vampiro poderoso quiera tener poder y en vez de buscarlo con vampiros poderosos lo busca creando un "ejercito de vampiros" con personas acabadas de convertir.

–¿Tienen algún plan en específico? –Pregunto.

Johan, Alson y Boris están aquí, Jost se ha ido con Roy a buscar a Valeria, una de nuestras mejores amigas y cerebrito de información. Johan se encuentra llamando a Franco, él también es un chupasangre.

–Viajar en busca de los vampiros más fuertes del mundo. Si alguno te convierte estarás libre de cualquier maldición –Menciona Alson.

–Creo que si eso sucede estaré mas maldita.

–Sí, pero es mejor ser inmortal a que mueras –Dice Boris.

Suspiro cansada. –Iré a dormir, avísenle a Jost cuando vuelva que este cumpleaños fue... muy lindo y con muchas sorpresas.

Mi sarcasmo es adorable y sé que ellos lo aman. Subo a mi habitación y al entrar dejo las llaves del auto nuevo sobre la mesa de afuera para luego cerrar con seguro.

Todo vuelve a lo mismo, las mismas "Aventuras sangrientas" de hace dos años.

–Ahora a descansar.