Make it worth (Tom Hiddleston)

1

Era viernes por la tarde cuando recibí una llamada de mi jefe. Estaba tirada en mi cama con mi gato durmiendo en mis pies y mi celular sonó tan fuerte que hizo que se despertara. Dejé mi computadora a un lado y miré la pantalla de mi móvil. ¿Frank llamándome a esta hora? Me pareció extraño pero tenía que contestar de todos modos.

-          Kate, dime que no tienes planes para mañana – me dijo sin dejarme hablar.

-          Uh, no… - en realidad si los tenía. Era el primer sábado que no tenía función y esperaba poder pasarlo con mis amigas - ¿Qué necesitas?

-          Hanna se enfermó y mañana tenemos la reunión de la película y no hay nadie mejor que tú para reemplazarla. Sé que querías tener este fin de semana para ti pero prometo recompensártelo si me salvas de esta – sonaba agitado y de verdad preocupado. No podía decirle que no.

-          Claro, lo haré – resoplé - ¿la coreografía es muy difícil? Tengo menos de un día para ensayarla.

-          No, en realidad es la misma que hicimos para el show de inicio de este año, ¿la recuerdas? No debería resultarte complicada.

-          Por supuesto, ¿pasas por mi mañana? Mi auto está en reparación.

-          Estaré ahí a las siete, ni un minuto más tarde – respiró – gracias, beba, me has salvado.

-          ¿Qué harías sin mi, Franky?

-          Moriría, nena, lo aseguro – rió – te dejo que debo ir a cocinar, Calum está impaciente hoy.

-          ¿tu Chihuahua?

-          Sí, debo darle de cenar antes de que Sebastian llegue o será un desastre. Adiós, primor.

-          Bye – le dije y corté la comunicación.

Me tiré de vuelta encima de mis almohadas pensando en como decirle a mis amigas que tendría que suspender todo otra vez. Entré al grupo de chat que teníamos todas juntas y comencé a teclear una respuesta mas o menos convincente.

 

Nenas, tengo que cancelar otra vez. Me acaba de llamar Frank desesperado, la bailarina principal de mañana está enferma y tengo que reemplazarla sí o sí. No me maten, por favor L

Presioné enviar y cerré Facebook antes de leer las respuestas. Sabía que se enojarían conmigo, pero desgraciadamente no tenía otra opción. Lisa se refregaba en mis pies pidiéndome atención y cedí ante ella para despejar mi mente. Estaba molesta pero a la vez feliz, una propuesta así no se daba todos los días. Ni siquiera había preguntado de qué película se trataba, pero tampoco me interesaba. Era la tercera vez que bailaba frente a un grupo de tan importantes celebridades y aún hacía mis piernas temblar.

Tenía apenas diecinueve años pero ya vivía sola en un apartamento pequeño en el centro de Nueva York. Había nacido en Verona, Italia, pero mis padres se habían mudado aquí cuando tenía menos de un año. Ellos estaban ahora de vuelta en nuestro país natal, pero yo había decidido quedarme y trabajar en lo que amaba. Afortunadamente, todo marchaba bien por ahora. Toda mi compañía eran mi gatita Lisa y mi bulldog francés, Tony.

Decidí que quedarme en casa no sería la mejor opción. Cambié mi pantalón de estar por unos jeans gastados y me puse unas botas negras de taco bajo y buzo amplio del mismo color. Con un gorro de lana cubriendo mi cabello oscuro, salí a la calle con Tony en su correa. Estaba anocheciendo y la temperatura comenzaba a descender más de lo habitual, por lo que decidí ir por un café caliente al bar cerca de mi departamento. No tenía intención de cenar esta noche.