Capítulo Único

1.8K 110 14
                                    

La noche empezaba a caer sobre la oscura ciudad, y, a esas horas sus habitantes durmiendo plácidamente estaban.
Unas sombras por la oscuridad podrían pasar desapercibidas para cualquiera, pero no para él.
Desde pequeño lo entrenaron para matar a esas criaturas asesinas, jurando así lealtad absoluta a su raza. Pero ¿qué pasa cuando uno de esos seres miserables te hace dudar hasta de tu propia palabra?
Viktor Nikiforov era uno de los cazadores más prestigiosos del mundo; había acabado con más vampiros que cualquier otro legendario y ya fue nombrado pentacampeón en el torneo más exigente y laborioso del mundo.
Era un joven de apenas 28 años, que a pesar de su corta edad, era muy ingenioso, listo y trabajador -claro que esta actitud sólo salía a flote cuando debía trabajar-, en cambio, cuando estaba con su familia o amigos, era una persona completamente diferente; seguramente si lo conocieras te replantearías si este era el chico que salía en la televisión, tan elegante, tranquilo y caballeroso. Él era un chico alegre, impaciente, un tanto infantil, despreocupado y entusiasta.
Cuando trabajaba solía utilizar ropa formal, un esmoquin junto a una gabardina, y como no sus guantes; todo esto del mismo color: negro.

Siempre había encontrado su trabajo divertido, hasta cierto punto un poco excitante, ya que provocaba en él descargas de adrenalina continuamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre había encontrado su trabajo divertido, hasta cierto punto un poco excitante, ya que provocaba en él descargas de adrenalina continuamente. Pero, a lo largo de los años este trabajo se fue quedando escaso, el necesitaba más entretenimiento, matar vampiros se había convertido en algo monótono y aburrido, algo tan simple como respirar o caminar.
Estaba consciente de que podía dejarlo en cualquier momento, pero eso era lo único que se le daba bien y le aseguraba una fuente de ingresos.
Como cada noche, salía de nuevo con su desgastado traje negro, que aún después de muchos años, no perdía su maravilloso color azabache brillante.
Caminaba distraído por las calles ya solitarias, sus ojos azules ya estaban acostumbrados a tal oscuridad, sus pupilas estaban dilatadas, su respiración tranquila y sus suaves pisadas era lo único que se oía por los alrededores.
A Viktor le tocaba vigilar una de las zonas más frecuentada de la ciudad, por lo que sus sentidos siempre estaban alerta.
Pasaba por uno de los muchos callejones que allí había, y escucho un pequeño ruido.
Se quedó inmóvil y en silencio, concentrando todos sus esfuerzos en agudizar su sentido del oído.
Por mucho que lo intentará, a pocos metros de distancia sólo se veía oscuridad, una densa oscuridad.
Su cuerpo tembló, pero no tenía una pizca de miedo, era más bien emoción. Casi todos los vampiros se lanzaban a él, hambrientos y pensando que sería una presa fácil, pero el ojiazul podía sentir muy dentro de él, que esta no sería una noche fácil.
Paso su mano por debajo de la gabardina, cogiendo la empuñadura de la espada. No quería precipitarse, así que simplemente dejo ahí su mano, como una medida de seguridad, y comenzó a caminar.
A los primeros pasos no pudo divisar nada, la oscuridad le acogió y se perdió en ella.
Cuantos más pasos daba, más frío sentía.
Sintió una mano helada rozar la suya, inconscientemente apretó más la mano de la empuñadura.
Se quedó quieto en su sitio, sintiendo unos pasos muy ligeros a su alrededor.
Viktor torció el gesto, conocía demasiado bien a los vampiros para saber que prefieren "jugar con la comida antes de comer".
Volvió a sentir las mismas manos, esta vez en sus brazos, indicándole que el vampiro estaba delante de él. Podría matarlo si actuaba rápido, pero por alguna razón, no lo hizo.
Escuchó una risita un poco burlona provenir de la boca del contrario; sintió otro paso más, y pudo percibir el aliento frío rozar su barbilla, lo que le indicaba que su acompañante era más bajo que él.
El vampiro siguió subiendo sus manos, paso por sus hombros, le acariciaron el cuello, y las posó en sus mejillas.
Viktor podía sentir escalofríos.
—Eres valiente— susurró.
P.O.V Viktor
No me moví, por alguna extraña razón no parecía querer atacarme, y eso era lo que más me preocupaba.
—Eres un cazador por lo que veo— añadió al ver que no decía nada.
—Sí, lo soy— afirme.
—¿Por qué no me matas?— preguntó con cierta burla.
—No te he visto hacer nada, por lo que no puedo acusarte y matarte; sería injusto— respondí.
—Me gusta tu punto de vista.— Sus pulgares acariciaron mis mejillas —Por no matarme te concederé vivir— agregó, mientras apartaba sus manos de mi y se alejaba.
Me quedé estático en el sitio, una cosa muy extraña había pasado hoy.

Vampiro [YuuVik][One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora