🧚‍♀️✨

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⠀⠀⠀Vacaciones.

En éstas épocas de verano es cuando todo se vuelve sonrisas locas, y también es cuando nadie se quiere ni acercar a vos. Pero las moscas te adoran.

Nuestro querido sol se transforma en dolores de cabeza y quemaduras que nadie pidió. Pero aún así con su luz nos brinda tanto calidez como energías y buenas vibras.

Además de las playas; chicas en playas, y chicos también, sudor, y bastante humedad.

Para muchos esto resulta insoportable hasta incluso irritante —especialmente, para los amantes del frío— pero para nuestros protagonistas esto tampoco será una excepción.

Minghao y Soonyoung, dos nenes que se hicieron amigos, y todo gracias desde el verano del '87.

Se conocieron cuando ambas familias chocaron en la entrada de una pizzería.

En ese entonces Soonyoung era una pelota y Minghao un palito chino. Ambos no tenían amigos. No tenían con quienes jugar.

Y ¿qué hacen los niños cuando no tienen atención? Pues es simple, molestar. Como sus padres no tenían aire en el cerebro, dejaron que ambos menores entraran a la pizzeria.

No tenian más opciones, asi que ingresaron. Se dieron cuenta que a ninguno de los dos le agradó el ambiente de ese lugar, estaba muy oscuro, y la pizza olía espantoso, pero aún así decidieron sentarse en una mesa con otros niños a ver que onda el espectáculo que se armaban los animatronicos.

—Eh, ¿vos tenes nombre? —preguntó Soonyoung. Al fin se había animado a tirar charla después de haberlo pensado tanto. Además esas maquinas lo estaban poniendo nervioso.

—Minghao, Xu Minghao —respondió mientras toqueteaba las orillas de pizza que alguien no quiso comer, pensado quién fue el monstruo—. ¿Y vos, qué onda?

—Kwon Soonyoung... —agarró una pizza y la mordió, ya con confianza—. ¿Sabes? Taba pensado, pintar escapada —lo miró y tragó— ¿Qué decís?

Minghao sin dudarlo, asintió.

Pero en realidad ni le presto atención.

Soonyoung al ver su afirmación, golpeo la mesa y de una se levantó de su silla, y saltando se fue corriendo hacía un pasillo del cuál desconocía, pero sabia que toda entrada tenía una salida, al menos de emergencia.

Minghao se asustó cuando una mano retumbó en la mesa haciendo caer las orillas de pizza. Volteó a ver qué pedo, quién fue, y fue nadie más que el nene que apenas le dirigió apenas unas palabras, corriendo a quién sabe dónde.

No tuvo más opcion que ir tras él, para reclamarle, y cagarlo a palos, por ser tan bruto con la pobre mesa y las orillas de pizzas.

El lugar realmente daba miedo, pero gracias a los dioses y las habilidades de Soonyoung en los gameplays, pudo encontrar la salida.

Pudo respirar y sentirse tranquilo, hasta que repentinamente algo lo golpeo por atrás.

—A la próxima te comes las orillas, o sino será el sabor de mis puños.

—Ñaka —Soonyoung demandó con las manos restandole importancia, percatándose de otra cosa—. Che, ninja mira eso.

Ambos nenes observaron el cielo.

Al parecer había algo extraño. Había un tremendo rayón que separada el día de la noche.

"El cielo se cae." pensaron al mismo tiempo.

El cielo se habia teñiendo de tonos rojizos y anaranjados, cambiando a tonos más apagados. Dejando a la vista un gran atardecer.

Esperaron un par de minutos, hasta que el sol de a poco se fue despidiendo de los nenes que lo admiraban desde lejos.

En Edición 🤡👊🏻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora