La ceremonia había terminado. No había quedado en el top. Dongho se sentía culpable por no haber sido lo suficientemente bueno, pero se sentía peor sabiendo que Jonghyun había quedado debajo de él en dicho top. Su amigo era quien trabajaba aún más duro cuidando de él, de los miembros de Nu'est y de algunos trainees a los que les habían tomado cariño, todos al mismo tiempo. Jonghyun no era de las personas que suelen mostrarse tristes ante los demás, él prefería quedárselo para no preocupar a nadie. Dongho sabía eso y también sabía que detrás de esa linda sonrisa que Jonghyun le regaló al público, él estaba destrozado.
Los chicos que estaban en los once asientos se levantaron para saludar todos juntos a los producers como miembros oficiales de Wanna One. Dongho lo buscó con la mirada hasta llegar al puesto tres. Una sonrisa se formó en su rostro involuntariamente al ver a aquel chico llorar de felicidad. Estaba orgulloso de su pequeño, aunque ahora se verían menos tiempo, verlo tan feliz hacía que el corazón del mayor se sintiera cálido y con ganas de protegerlo a toda costa.
La transmisión estaba a punto de terminar y los ex concursantes subieron al escenario para felicitar a los ganadores. El pelinegro fue directamente con Minhyun que lloraba desconsolado, pero no pudo contenerse. Al primer contacto con su amigo, el alma de Dongho se quebró y se echó a llorar en su hombro. Nu'est necesitaba esa oportunidad, estaba tan seguro de que por lo menos Jonghyun y Minhyun quedarían dentro que saber que solo Min lo había logrado lo hacía sentir destrozado. Él quería estar en el grupo, junto a sus amigos, junto a su Daehwi. Pero no podía.
—No llores más —dijo tranquilizándose—. Todos están felices, ¿por qué lloras tanto, hombre?
—Escucha lo que me pides, Dongho —contestó Min con la voz entrecortada—. No puedo simplemente sentarme ahí arriba sabiendo que ustedes lo deseaban tanto como yo.
En ese momento Seonho llegó abalanzándose sobre su mayor como si fuera un koala abrazando a un bambú. Otros chicos llegaron para felicitar a Min y dándole palabras de aliento a Dongho. El muchacho de Pledis seguía mirando divertido como Seonho trataba desesperadamente de sacarle una sonrisa a Min, hasta que lo logró. Volvió a abrazarlo está vez por la espalda.
—Oh, hyung, ¿no has ido a felicitar a Daehwi hyung? —el pequeño miró a Dongho sorprendido—. Ve, anda, yo cuidaré de hyung —besó la mejilla de Min provocando que el otro le empujara bromeando y riera un poco.
—Confío en ti, byeongari —apretó su mejilla antes de irse.
Buscó a Daehwi entre la multitud de chicos. Muchos de ellos se acercaban a abrazarle, mientras que Dongho solo correspondía a sus abrazos y les preguntaba por Daehwi.
—Acabo de verlo abrazando a Somi —le dijo Daniel después de que Dongho lo felicitara y preguntara por el menor.
—¿Dónde? —su mandíbula se tensó al escuchar eso. Daniel señaló algún lugar del escenario antes de que Ong llegara a acaparar toda su atención.
Dongho estaba casi seguro de que Somi quería más que solo una amistad con Dae, y no la dejaría interponerse entre él y su Daehwi. Caminó por donde Daniel había señalado y ahí lo vio, haciéndole tiernos pucheros a Somi. La sangre le hervía por los celos, pero no podía hacer un drama, las cámaras estaban encendidas aún.
Sacó su teléfono del bolsillo y le envió un mensaje.
«La sala abandonada. Ahora.»
Fue todo lo que decía el mensaje. Usaban esa vieja y vacía sala de prácticas para mirarse porque era un punto ciego para las cámaras. En realidad, esa sala estaba en buenas condiciones, tenía un pequeño sofá y el espejo abarcaba toda una de las paredes, pero era algo pequeña, no cabían más de dos personas y tomando en cuenta que nadie tenía solos, dejaron de usarla y ellos la usaban para sus encuentros nocturnos o entre ensayos.
