Baje del autobús a paso lento, la entrada a aquel ostentoso edificio ya se cernía sobre mi en aquel no tan distante horizonte. Apreté con fuerza el mango del maletín y reanime el paso. En mi cabeza cada palabra que tenía que repetir dia y noche amenazaban con hacerme perder la cordura; di vuelta en un callejón anterior a la puerta principal y apreté con fuerza mi cabeza. Aquellas palabras se repetían una y otra vez desde aquella noche.
-!Sigues tú¡- Me habia gritado con odio aquel lejano joven en aquella fatídica noche, aún recuerdo aquella sonrisa interminable que quedó marcada en mi memoria.
Sonreí para mí mismo y reanude el paso. Las calles de Manhattan ya no me asustaban ahora, solo me causaban una terrible nostalgia. Recordaba aquella chica del traje rojo, su sonrisa primaveral antes de alejarse en aquel convertible negro que manejaba a exceso de velocidad. Sus cabellos dorados aún se sentían en mis manos recordando me vívidamente aquel momento y sus ojos de un inquietante color azul que me cautivaron...di un paso más y toque el timbre, una mujer de mediana edad abrió la puerta.
Su bata de seda caía perfectamente alisada a los costados de sus caderas mientras que sus ojos me interrogaban.
-¿En que le puedo ayudar?- Comentó con una terrible falsa cortesía. Se notaba que mi presencia le inquietaba.
-Soy el oficial Andrews; vine a darle una trágica noticia.- Mis palabras la pusieron tensa.
Moviendo su delicado cuerpo me dio espacio para entrar a su departamento. Con precaución llamó a su esposo que torpemente bajo las escaleras. La marca de la almohada y unas pronunciada ojeras me dieron la impresión de que hace ya tiempo que no dormía.
-Vengo de la central, soy el agente especial Ryan Andrews del departamento de homicidios... ¿reconoce a esta chica?- con un rápido movimiento tome la foto de la chica del traje rojo de mi bolsillo, la mire unos segundos con admiración antes de entregarla a aquel preocupado hombre.
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En busca de la verdad. SAGA TRUE #1
ParanormalLa chica del traje rojo y labios vino había desaparecido, de la noche a la mañana, en un convertible negro que iba a exceso de velocidad.