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El silencio condenaba las calles de Pensilvania; Ryan camino a paso lento mientras simulaba una tranquilidad que no tenía ya que su conciencia lo carcomía por cada paso que daba. Sin duda alguna odiaba plenamente su vida o la no vida que tenía. Odiaba aquello y odiaba el destino que tenia todo aquel con pulso que se le acercaba. 

Un golpe sordo y seco rompió el silencio que albergaba a su alrededor. Salio catapultado un par de metros detras de si mientras sentía su espalda estampar contra un carro a orillas de la calle. Levantó la vista y vio a aquella chica que atormentaba su mente. El rojo de sus ojos estaba presente... el veneno ya había hecho efecto.

*Narra Ryan*

Su mirada, de odio puro se posó en mi mientras con rabia se acercaba a mi rápidamente y me daba una cachetada.

-Por tu culpa, por ti soy esto, debiste haberme dejado morir, ¿¡que te costaba no mover ni un dedo por un par de segundos eh?!- y sin más se dio la vuelta para desaparecer entre la niebla.

Aun tirado en el suelo y mirando a la lejanía mi celular vibro y la pantalla se iluminó, un mensaje apareció en la pantalla:

"Phil: Constance está en la ciudad y parece muy enojada, ten cuidado"

Muy oportuno niño, muy oportuno.

[...] 

Entre a mi departamento y Phil estaba sentado frente al televisor observando las últimas noticias que pasaban en este:

"Otro cuerpo desangrado se encontró a las afueras de la ciudad, con esto ya van 27..."

Suspire con amargura, esto estaba mal, muy mal, y no sabíamos quien podría ser el causante de todos estos asesinatos, era obvio que era otro ser como nosotros pero todos sabíamos que nuestra comunidad era secreta, varios policías nos habían encarcelado y había terminado muy mal.

Phil me miró con cierta duda esperando algún comentario, yo me di la vuelta y tome mi celular marcando rápidamente el número del líder de todos nosotros, un político muy querido por la comunidad mortal e inmortal.

~Señor, los últimos reportes indican que puede ser un renegado, aún que carezco de la orden para investigar quisiera pedirle que renueve mi cargo.- comente esperanzado.

-Ryan, ya sabes que se te fue negado toda orden de nivel superior al transformar a una mortal, te advertimos de las consecuencias al contratar la.- sonó un ruido de fondo mientras unas voces discutían más- El Comité a llegado a un acuerdo, puedes investigar con la condición de que encuentres a esa chica y la eduques o elimines. Queda en tus manos.~

Al terminar la llamada suspire, con el odio que Constance me tenía temía encontrarla pronto, a menos que su temperamento quisiera destruirme de nuevo.

Caminé hasta mi oficina y tomé asiento frente al computador, Lina se encendió y espero por órdenes

Lina, busca toda información que se tenga en línea sobre las víctimas y casos parecidos, también llama a Karl.— al terminar de decir aquello, miles de archivos, desde policiacos hasta noticieros se presentaron en el monitor a mi lado mientras que frente a mi el rostro sonriente de Karl tuvo presencia.

—A que debo tu sorpresiva llamada Ryan, pensé que desde que estabas fuera de combate no necesitarías más mis servicos— comentó, elevando sujerentemente las cejas mientras una risa burlona salió de él.

—De regresó a la nómina— comenté, mientras me recargaba sobre mi silla —Necesito que busques un par de alimentos y unas pastillas de control.

—¿Estamos hablando de que tienes a un joven novicio a tu cuidado? Pensé que no se podía, ya sabes, transformar a más personas.— pregunto con duda.

—Era algo necesario, ¿lo harás o no?— comenté mientras leía un par de archivos acerca de lo que se había encontrado y las pistas a las que estas llevaban.

—Lo haré lo haré, te las tendré listas para mañana, le diré a Phil que te las de— al terminar de decir aquello asenti y corte la llamada, mientras tomaba mi chaqueta y salia de la oficina, había encontrado una pista que me sonaba algo familiar.

Mientras me despedía de Phil, y le pedia, con algo de enojo que por favor consiguiera alimento, salí de mi departamento rumbo a la primera a escena del crimen, Lindsay, la cual había sido encontrada en el sótano del Borbón.

[…]

Al llegar ya había oscurecido, y una larga fila se abría paso ante mis ojos, suspire con pesadez y me forme detrás de un grupo de chicas que charlaban alegremente sobre la gran fiesta que estaban por tener.

Media hora después ya me encontraba ante el guardia que con un rápido escaneo de mi identificación falsa me dejó pasar tomando el cordel y abriendolo ante mi.

Al entrar la música hacía vibrar el el sitio, mientras el olor del sudor mezclado de la excitación y el alcohol en el aire creaban una mezcla embriagante y desagradable, más parecía que a los demás les fascinaba y alucinaba.

Me abrí paso hacia la barra mientras que con una mano pedía un whisky en las rocas, sentándose sobre unos de los taburetes tomaba el líquido que acababan de dejar frente a mi. Tomé el vaso y di un trago sintiendo como el líquido quemaba mi garganta dejando un ligero ardor en ella con el caracteristizo toque amargo.

Pase mi mirada sobre el sitio, admirando como este, entre una mezcla de oscuridad y lucidez, dejaba ver, con un toque de color, a las personas que estaban dentro.

Un grupo de chicas, las que estaban frente a mi en la fila, estaban parloteando en una mesa de la esquina derecha frente a mi, mientras admiraban a unos jóvenes que como ellas, iban más a perder la conciencia que a disfrutar una buena noche de charla.

La pista, repleta de jóvenes vibraba al son de la canción, mientras que estos, juntando sus cuerpos unos con otros, saltaban, se meneaban, danzaban y cantaban, al ritmo de las canciones que el dj ponía.

Junto a mi, en la barra, había un par de chicas, unos hombres más y una pareja que se besaba, algo apasionadamente.

Una risa singular y femenina me hizo girar mi cabeza, para encontrarme con un muy característico traje rojo, sobre este una cabellera dorada se mecia al ritmo que su cuerpo subía y baja de la emoción.

Al parar de reír, extendió su mano y tomo se copa de vino, giro su cabeza y unos labios, casi del mismo color que el líquido se acercaron a esta y tomaron un trago. El pelo le cubría parte del rostro por lo que no pude ver bien las características de esta.

Dejó la copa y se impulsó a la pista, moviendo las caderas se metió entre la gente hasta llegar a una puerta que daba al exterior, pero, antes de salir por esta, se giro a la barra, directamente hacia mi, e impulsando su cuerpo hacia atrás abrió esta.

Una leve sonrisa estiró sus carnosos labios, y mientras la tenue luz del exterior iluminaba su rostro pude ver como unos ojos azules como safiros tomaban un tenue matiz rojo, y se alejaban en la oscuridad mientras la puerta se cerraba.

Suspire saliendo de mi trance, y me di cuenta de lo que había sucedido y de la joven a la que había visto, rápidamente salí por la puerta pero lo único que mis ojos alcanzaron a apreciar fue la inmensa oscuridad.

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⏰ Última actualización: May 01, 2019 ⏰

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En busca de la verdad.  SAGA TRUE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora