Marcos estaba en casa sin saber qué hacer. Su novia lo había llamado contándole que estaba embarazada. Cómo decirle a sus padres?! Lo matarían! Así que hizo lo único que se le ocurrió hacer: dejar a una nota y fugarse de casa a conseguir un trabajo para poder mantener a su hijo. Porque él estaba seguro que sería un varón.
Dos semanas estuvo trabajando de repartidor en un restaurante de un pueblo hasta que su jefe lo reconoció de las noticias, y llamó al número que apareció en la tele. Así que cuando llegó de hacer la entrega, encontró a unos policías con cara de pocos amigos. Se preocupó creyendo que habían asaltado a su jefe que, desde que llegó a pedir trabajo, trató como a un hijo. Había tenido pena de engañarlo al decirle que era huérfano pero de otra forma no habría conseguido el trabajo, y el tenía que juntar dinero para su hijo.
Los policías lo cercaron pero no le explicaban nada; se puso muy nervioso pensando que habían robado a su jefe y sospecharan de él, ya que Rubén lo miraba con cara de muy pocos amigos.
Pero se dio cuenta que no era nada de eso, al ver llegar a sus padres...
-Lo siento- se disculpó con su jefe -necesitaba el trabajo-
-No necesitabas nada- lo interrumpió su padre.
-papi, no lo entiendes. Necesitaba trabajar-
-No, lo que necesitabas era hablar con nosotros, confiar en nosotros y una buena zurra, mocoso inconsciente- y por primera vez vio a su padre llorar, -estaba tan asustado-
-lo siento- lloró junto a sus padres.
Marcos se quedó junto a su madre mientras su papá se encargaba del papeleo.
La vuelta a casa fue llorosa y silenciosa. Su padre lloraba, su madre lloraba y el dormía a pata suelta. Y sí. Era justificado. El trabajo era muy duro.
Cuando llegaron a casa, Jorge entró a su hijito en brazos y lo acostó en su cama, pues nunca más lo perdería de vista. Andrea fue la encargada de comunicar la nueva buena.
La novia lleó, en dos tiempos.
-Marquitos fue un falso positivo, y aunque hubiese sido, no debías irte- le reclamaba mientras golpeaba el pecho del chico que no entendía nada.
-Pero-
-pero nada! No vuelvas a dejarme-
-Jamás... pero los bebés son caros y tú sabes que no tenemos dinero. Debía poder pagar por él-
-Ahí está el problema, hijo. Somos tu familia, lo habríamos resuelto- le dijo Drea
-Mamita, eres tan buena! Pero era mi responsabilidad-
-Tú eres mí responsabilidad y de tu padre, y no soy tan buena, hijo. Aún no hablamos de tu castigo-
-Sí, Marcos. Despídete! Es hora de aclarar algunas cosas-
-Papi-
-Y para que no quepa dudas, estas castigado el resto del año-
-Papi, si las clases ni empiezan-
-Una palabra más y será hasta que cumplas los 18-
-Nos vemos algún día-
-Nos vemos, y lo siento- dijo la chica dejándolo a su suerte.
-Marcos, sabes que lo que hiciste está mal-
-Sí, papi-
-Sabes que voy a castigarte-
-Sí, papi-
-Ven aquí terminemos con esto- dijo acomodándolo sobre su regazo y le dio 16 nalgadas en cada cachete, así dio por terminado el castigo, ya que él solo quería poder abrazar a su hijo. Y poder mimarlo y cuidarlo. Él era su bebe y por mas apuros económicos que pudieran vivir nada les impediría salir adelante como familia... ni un una boca más que alimentar.
Menos si esa boca hubiese sido un nieto.
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Marcos
RandomMarcos no huyo de casa, solo fue a buscar un futuro para... Aviso: Castigo Corporal, nalgadas, azotes, spanking, si no es lo suyo no lea.