Fue nuestra perdición

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Una cierta calma algo inusual, rota por el ruido del camión de basura,
Me confirma el cielo mi soledad, en un manto de estrellas,
Las que contábamos por las noches de luna llena, abrazados en el césped, haciendo travesuras.
Nos comíamos a besos, nuestras amarguras se hacían menos duras,
Cuando a mi se me ponía, y a oscuras te hacia mía.
Entregado a ti, a tus labios carmesí,
A tu cuerpo embriagador, el que me bebía en cada revolcón,
Los corazones retozabán, gemíamos de placer,
Y el amanecer nos enseño la lección,
Pues la magia de la noche nos enloqueció, perdimos el control,
Y acabamos presa de los sentimiento, con lo puesto,
Iniciamos la aventura de nuestras vidas, mentiras, engaños y traición. Fue nuestra perdición

Poesía Con SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora