IV

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— Y... ¿Irás hyung?

— Es la tercera vez que me lo preguntas Kunpimook — dijo escribiendo la palabra me gustas en un globo rosado.

— Quiero tener un chisme bueno, para contárselo a Yugyeom...

— ¿Qué? Tan solo olvídalo.

— Vamos hyung — quitó el globo de las manos de Jackson — Está aburrido haciendo nada, invitale un jugo, debe estar sediento. No lo he visto comer nada, ni beber nada. Veee — lo arrastró hasta el stand de comida.

— Quiero un jugo y un sándwich.

— a la orden, joven Wang — bromeó Youngjae pegándole en el brazo.

— ¡No me pegues! — reclamó Jackson haciendo una voz chistoso.

Minutos después estaba llevándole el jugo y el sándwich a Mark.

— Esto es para ti — le dejó las cosas en la mesa, mirando el stand.

Deposite su propina aquí.

— ¡Oh muchas gracias Jackson! Eres muy amable​ — Mark se levantó tomando las cosas — ¿Quieres un poco?

— Ya he comido suficiente Mark hyung, hazlo tú.

— Nuevamente gracias Jackson.

Wang había sacado una moneda, con la que pagaría su pasaje y se había puesto a jugar, con ella, del otro lado. Mark ya había terminado de comer y había dejado a cargo a Jackson, mientras se lavaba los dientes.

Fue en eso cuándo Mark llegó y asustó Jackson, provocando que la moneda cayera adentro.

—¡Mierda! No, no mi moneda Mark, mi moneda.

— ¡Que lindo que te guste apoyar la actividad Jackson, muy bien. — la profesora rió, pasando al lado de ellos.

— Pero mi moneda Mar...— fue interrumpido por los labios de Mark.

Aquellos que siempre había deseado probar, esos que la leyenda contaba que sabían a fresa.

Al separarse Mark sonrió.

— Te llevo a casa

kissing stand ; marksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora