Capítulo 1.

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Miro a través del cristal los árboles pasar mientras tarareo débilmente la canción que suena en la radio. Vamos de camino al pueblo de mis tíos al sur de Francia, el típico pueblo que parece sacado de una película de Disney. La última vez que estuve en él fue hace más de once años, cuando yo apenas tenía cinco y lo único que recuerdo de él son los paisajes de las fotos. Suspiro. Necesito llegar ya al maldito pueblo y que me dé el aire. Los viajes largos en coche siempre me han mareado. Cierro los ojos con fuerza e imagino las vacaciones que tendré allí pudiendo estar tomando el sol en la playa. Intento dormirme, así se me hará el viaje más rápido. 

El sol brilla en el cielo mientras camino por las calles arrastrando las maletas de camino a casa de mis tíos. La mayoría de las casas del pueblo están hechas de piedra y llenas de flores de colores, tengo que reconocer que es precioso. Hay un pequeño río que recorre todo el pueblo y pienso en lo que mi hermano Hugo insistirá para que vengamos a merendar aquí. Atravesamos una plaza con un pequeño mercado y subimos una cuesta para llegar por fin a la casa, que es prácticamente igual a las que hemos visto por el camino. Espero recordarla y no tocar el timbre que no es y encontrarme con un francés enfadado. Mi tía Annie y mi tío Marcus nos esperan en la puerta con una gran sonrisa, odio que una persona conozca mi vida entera pero yo apenas conozca sus nombres. Cuando se cansan de besuquearnos nos invitan a entrar para conocer la casa. Subo las escaleras tirando de la maleta seguida de mi tía. Cuando llego a la que será mi habitación dejo la maleta en una esquina y me tiro corriendo a la cama, Annie ríe y deja que me instale. Observo la habitación desde la cama. Es pequeña pero al menos no tendré que compartirla con mi hermano. Tiene las paredes azul claro y un pequeño balcón tapado por unas cortinas blancas. Es sencilla pero bonita. Me levanto y comienzo a vaciar la maleta para colocar la ropa en el armario, pongo música y canto mientras tanto. La puerta de mi habitación se abre de golpe y me encuentro con mi prima Vanessa.  

- ¡JADE! -se acerca corriendo a darme un abrazo. Cuánto entusiasmo. 

- Hola Vanessa. -digo sonriéndole. Hablo con ella de vez en cuando por facebook y me cae más o menos bien. Es alta y rubia, con unas cuantas pecas encima de la nariz y unos brillantes ojos verdes azulados, que casi toda la familia por parte de mi madre tiene y yo también he heredado.

- Estaba deseando que llegaras, sé que el pueblo no es gran cosa pero sabemos como pasarlo bien. Seguro que te encantará. -Comprar en el mercadillo será divertidísimo pienso.

- Seguro. -que no. 

Cuando sale de la habitación me voy directa a la ducha. Siento como el agua cae por mi cara y desconecto de todo lo demás. Tras quince minutos, quizás media hora, salgo enrroscada en una toalla. Corro por el pasillo hasta llegar a mi habitación y río al ver que casi me estampo contra el suelo, ¿he mencionado lo patosa que soy? Me visto rápidamente con una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones vaqueros, algo cómodo para estar en la casa. Hoy será un día tranquilo, necesito descansar del viaje. 

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2014 ⏰

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