MANSIÓN YOUTUBER Y TÚ

Cap. 2- ¡Bienvenidos!

-¡Hemos llegado, hemos llegado, hemos llegado!- gritaba Yuya nada más bajar del autobús.

-Qué sí pesada...- le respondió Dalas.

-¡Qué emoción, qué emoción, qué emoción!- seguía diciendo Yuya.

-Parece un disco rayado...- dije yo un poco harta de su voz de pito.

-¡Bueno, bienvenidos a la mansión youtuber! Lo primero que tengo que deciros es que actueis normal y corriente, que la presencia de las cámaras no os haga improvisar palabras. Tiene que parecer todo lo más natural posible. Vais a dormir por separados. La habitación de cada uno está señalada con el logotipo de su canal grabado en la puerta. Estaréis en esta mansión hasta que os lo diga yo así que no andeis preguntando por ahí que os veo venir- esto último lo dijo mirando a Willy que le miraba con unos ojos que representaban demasiadas preguntas- ¿Alguna pregunta más? ¿No? Pues me despido chicos. ¡Suerte en la casa!- lo dijo todo tan rápido que dejó al pobre Willy con las preguntas en la boca.

-Bueno, por fin se fue. ¿Entramos ya a la mansión? ¡Tengo ganas de explorarla enterita!- dije yo con entusiasmo.

-¡Claro que sí guapi!- dijo Luna a la vez que me seguía.

-¡Esperadme que yo también voy!- gritó Yuya corriendo hacia nosotras.

Los chicos se quedaron fuera. No se muy bien que iban a hacer, aunque tampoco me importaba mucho. Cuanto más alejada esté de Dalas, mejor me sentiré.
Para mí sorpresa, al dirigirme hacia mi habitación, me di cuenta de que la de Dalas estaba a la derecha de la mía... Me sentí la persona máaaaaaaas afortunada del universo .-.
La parte buena de todo esto es que la habitación de Luna estaba justo al otro lado de la mía, así que podría ir a hablar con ella cuando quisiera. Además mi habitación era enorme. La cama, muy mullida. Las ventanas, enormes cristaleras. ¡Era el paraíso! Nada más entré me tiré a la cama como un torpedo. Estuve así 15min. Después me puse a deshacer la maleta y ordenar mis cositas. Me parecía que todo iba a ser super divertido.

Después de hacer un tour rápido por la mansión, nos pusimos a cocinar macarrones. Se acercaba la hora de comer. 30 min después estábamos todos a la mesa comiendo los ricos macarrones, receta hecha por mua.

-¡Vaya _____, que bien cocinas!- me dijo Dalas, tan empalagoso como siempre.

-¿Ajá? Gracias, supongo...-me ruboricé y para que no se notara mucho, cambie de tema- ¡Hey, Vegetta! ¿Qué te parece la mansión?

-Normalita. Las mías son más grandes pero bueno... Hay que comformarse con esto, je je- esto lo dijo tan pancho él.

-Claro que sí compañero- le hizo eco Willy.

Después de comer me dirigí a mi habitación, dispuesta a grabar un vídeo, cuando alguien pico a mi puerta. Era Dalas. Que pesado.

-¿Qué quieres?- le pregunté en tono firme.

-Solo venía a saludarte- mientras decía esto, cerró la puerta tras de sí.

-Creo que ya nos saludamos en el autobús...

-Ya lo se, guapa.- se me acercaba poco a poco- Quería estar contigo a solas- el "a solas" lo dijo en un tono más fuerte- sabes que te quiero- me susurró.

-¿A..a..so-solas?- me empezaba a dar miedo. Ahora se encontraba mucho más cerca de mí.

-Sí, exacto. Eres muuy lista.- me agarró por los brazos y me tiró a la cama.

-¡Déjame en paz!- grité yo, pero estaba totalmente paralizada.

Se acercó a mi labios, acercó los suyos y me besó de una forma muy apasionada que a mí no me gustó nada. Cuando terminó de besarme dijo:

-Me encanta besarte, belleza.

- ¡A mí no...!- estaba a punto de decir unas palabras muy desagradables cuando me interrumpió.

-Shhhh... se que lo has sentido increíble... de nada- dicho esto, Dalas se fue de mi habitación cerrando tras de sí y me dejó a mí con las dudas.
¿Me había gustado de verdad el beso que me dió? No me atrevía a decírselo a nadie. ¿Qué sería lo próximo? Tenía mucho miedo así que decidí salir a dar un paseo por los jardines de la mansión.