Paso un años y me fui a vivir a otra cuidad, muy lejos de donde estaba antes. Me dijeron que iba a poder superar todo pero no es así, todavía ese día sigue en mi mente todos los días de mi vida voy a llevar ese recuerdo conmigo.
En este año no hice absolutamente nada, solo estaba encerrada en mi habitación. Mi madre se cansó y me fui a inscribir en un colegio que no queda muy lejos de acá, pero como no quiero ir caminando me compro una moto para que valla más tranquila. Ponele que tranquila...
Hoy es Lunes, un maldito lunes y mi primer día de clases. Me levanto a las 6 ya que entro a las 8 por suerte, no tengo ganas de ir tan temprano. Por suerte tengo que hacer dos años en este nuevo colegio, no voy a tener que soportar tanto.
Me baño, desayuno y salgo de mi casa. Entro a la cochera a sacar mi moto y alguien me habla: - Hola – me quedo paralizada y estoy por salir corriendo pero no lo hago.
- Hola – digo mirándolo a los ojos, esos hermosos ojos.
- Me llamo Mateo – sonríe y me da la mano- Soy Mateo Tanner.
- Y-o yo soy Lola Smith – me subo a la moto ignorando el hecho que me tendió la mano y no lo salude como debía.
- Nunca te vi por acá, sos nueva acá?
- No, vivo hace un año. – digo colocando la llave para prender la moto – de hecho nunca te vi.
- Vivo acá desde chico pero estuve un año fuera de casa – dice rascándose el cuello.
- Bueno, me voy – pero cuando prendo la moto se me pone en frente para que no pueda pasar - QUE MIERDA TE PASA? – grito y me paralizo al recordar nuevamente ese día.
- Disculpa no pensé que ibas a reaccionar así, solo quería decirte que sos muy linda y que me gustaría conocerte bien, estas bien? – dice con un tono de preocupación.
- Si, solo me tengo que ir – digo seca y me voy.
Una vez que salgo de ahí me pongo a llorar mientras manejo, voy muy rápido y no me importa nada. Casi choco dos veces por suerte no pasó nada porque estaría en problemas con mi mama y no necesito eso en este momento. En cuanto dejo la moto en el estacionamiento del colegio, entro y me voy directamente a dirección.
Después de que la directora me de mis horarios y me designaran un salón me fui a buscarlo. Era demasiado grande este lugar, pero por suerte encontré mi curso.
Como no sabía si entrar directamente o que, toque le puerta y me abrió un señor un poco gordo que parecía mala onda hasta que me hablo
- Hola señorita, ¿qué sucede? – me sonríe-
- Emm hola, creo que me toca este curso –digo entregándole el papel de los horarios que me dieron en dirección.
- Esta en lo correcto - dice entrando- pase señorita –se fija en el papel- Lola. Siéntese al lado de Hernán – señala a un chico rubio que me sonríe al instante en que lo miro.
Me dirijo a donde me indica el profesor y me quedo siento, esperando a que me expliquen de que es la clase. Pero no pasa.
- Lola –me llama el profesor- contanos un poco de vos, queremos conocerte.
