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-- Ya van tres días seguidos...- dije susurrando cerrando el casillero donde depositaba mis zapatos. Ya han pasado tres días seguido desde que las cartas dejaron de aparecer. Las mañanas se volvieron aburridas nuevamente.




--¡Hinata! ¡Idiota!.- Las clases ya habían terminado y las cartas seguían sin aparecer. Kageyama y Hinata se encontraban peleando como todos los días en el gimnasio. Me encontraba viendo un punto fijo en el suelo de madera, ¿Habré hecho algo mal para qué dejara de escribirme?.
Se que sonara ridículo pero yo me había comenzado a enamorar de la persona que manda aquellas cartas.
Cada día llegaba ansiosa deseando encontrar una carta en el casillero para poder leerla tranquilamente en casa.
Era la primera vez que alguien mostraba tanto interés en mi.

--¿Kiyoko-san estas bien? ¿El chico de las cartas dejo de molestarte?.- Dirigí la mirada hacia Tanaka-san al escuchar que me hablaba.
-- ¿Cómo sabes de eso? ¿Tienes algo que ver?
-- ¡Aleje a ese tipo! ¡Mi deber es proteger de Kiyo...!

Corrí rumbo a los casilleros dejando a  Tanaka hablando solo. Abrí la puerta del locket y esta vez encontré una pequeña nota en un papel amarillo.

"Lamento si deje de escribirte por un tiempo pero me habían descubierto, pero prometo que mañana encontraras nuevamente las cartas.

-Anónimo

Pd: Te extrañe :("

Mi corazón comenzó a latir rápidamente, yo definitivamente me había enamorado de esta persona.

Cartas a Kiyoko; KiyoYachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora