Capítulo 3. El hacha

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 Caminó hasta la mesa y vio que no estaba aquella llave dorada que atormentaba sus recuerdos sino  que en su lugar había una tarjeta donde, con letra dorada e imprenta decía "Mátame" y de pronto un dolor dividido en tres zarpadas empuja a Alice sobre la mesa lo que hizo que la misma se rompiera con un potente "crash" y sucesivamente la acompañó una patada en las costillas impulsándola al otro extremo de la habitación. El dolor era muy confuso, tres ardores en la espalda, el pecho agrietado por el cristal y un fuerte dolor punzante en las costillas; Alice levanta la cabeza y lo ve, el dodo, a aquella ave no voladora pero inteligente la cual pensó esa astuta carrera donde todos habían salido victoriosos. Con rapidez y ligereza, la horrible ave mal alimentada con pico naranja agrietado, ojos negros y perdiendo pluma se acerco a Alice para ahorcarla con sus dos pata y enterrando de a pocos sus garras mientras buscaba su pulso para saber donde atacar. Alice dio una patada al ave y buscando desesperada su daga, agarró el reloj dorado que ahora le pertenecía a ella y pensó: "Quizás funcione como funcionaba con el Señor Conejo." y lo arrojó y sorpresivamente la cadena se alargo y atrapó al ave. El dodo siguió avanzando pero de pronto soltó un gran graznido de dolor y de a poco la cadena lo iba apretando, mientras más se movía más se apretaba la cadena y lentamente sus huesos se rompían en sonoros ruidos, mientras gritaba su sangre salía de su pico hasta que cayó vencida al piso y, cuando sus pupilas se dilataron y sus ojos se salieron de su órbitas y muere.

 Un hacha se materializó clavada en el medio de la habitación. Alice se levantó y caminó hacia el hacha donde, por su sorpresa, vio que el hacha era muy similar a su daga, mango pálido y hoja de cristal- o mejor dicho cabeza de cristal. Y junto a ellas había un pequeño frasco con la nota de "bébeme", y al otro lado del hacha una llave dorada.

 Alice saco el hacha del piso y se preguntaba cómo lo guardaría cuando de pronto se desvanece. Alice quería el hacha de vuelta y se materializó en su mano. Ahora to tenía sentido, ella controla el hacha con su mente, con sus deseos; al destapar el frasco y beberlo sus heridas se curaron y el dolor desapareció, y entonces se aproximó a la puerta más pequeña y con ayuda de su llave y al abrirse la puerta se agrandó para que ella pueda pasar ¿o se había encogido ella? De todas manera ella avanzó y entró a unos de sus grandes recuerdos: El país de las maravillas. Sin embargo el tono tétrico de las cosa decía todo lo contrario a maravilloso.


Fantastic Horror Tales: AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora