Segunda carta

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07 de Junio del 2017

Para Jeon Wonwoo

Estoy aquí, de nuevo, dejando la segunda carta que carga con todo mi pesar sentimental.
Quizás si estuvieras vivo hubieras gozado de la lectura de las mismas, tal vez hasta hubieras exclamado acerca de lo pésima que es mi caligrafía sin que yo te contradijera, porque es la verdad.

Ayer fui al parque con el solo fin de desenterrar aquella caja de galletas que le robaste a tu abuela, esa que estaba llena de agujas e hilos, la que guardaba nuestras fotos y uno que otro objeto con demasiado valor sentimental para ambos; como nuestros anillos.
Aquel par de argollas de plástico que te regalé en tu cumpleaños, con la firme y ciega promesa de comprarte uno de oro y diamantes en cuanto tuviera mi primer trabajo.

Pero no sabía que las cosas terminarían así.

De entre todas nuestras fotos, me gusta aquella que nos tomamos en una cafetería cercana al río Gangnam. En pleno invierno llevabas un gorro tejido y unos jeans desgastados, pese a que las enormes ojeras decoraban tu rostro para mí no dejabas de verte precioso, como una gema que brillaba al proyectarla contra el sol.
He de admitir que esa noche fue fantástica, la mejor de todas; bailamos al son de la música suave, tú aferrándote a mi cuello y yo a tu delgada cintura. Las luces del negocio iluminaron tu rostro entre sonrojos y yo pude probar tus dulces labios por primera vez.

Esa había sido nuestra primera cita, una que me niego a dejar de lado, a olvidar.

También Seungkwan fue ayer en la tarde a dejarte flores en tu lápida, nos encontramos por un breve momento y hablamos de lo mucho que te hubieras alegrado al enterarte de la nueva biblioteca y el aniversario de tu librería favorita.
Incluso compré tu libro favorito y fui a dejárselo a tus padres, quienes conservan un tipo de memorial en tu nombre, justo cerca de la sala de su casa. Es uno muy bonito, por cierto.

¿Sabes algo? Con eso pude darme cuenta de lo importante que somos para nuestros progenitores. Ellos nos cuidan, procuran darnos siempre lo mejor, nos aconsejan, guían nuestro camino... para ellos somos su todo, su mundo.
Como tú lo eras para los tuyos.

El psicólogo me ha dicho que esto de escribirte cartas es un proceso delicado, pero rápido, requiere su tiempo pero es lo más favorable. Incluso puedo notarme mucho menos estresado y converso más con quienes están a mi alrededor.
Por supuesto, no es de lo más sencillo, he tropezado en el camino y siempre puedo levantarme, solo que a veces me quedo atascado en el proceso del luto que de vez en cuando me consume.

Wonwoo, ¿hubieras pasado por lo mismo si fuese yo quien decidiera quitarme la vida? Estuve molesto contigo los primeros días, bueno, los primeros meses.
Odié que me dejaras sin más y decidieras terminar con todo sin decir nada a nadie, sin dejar una sola nota en el escritorio o en tus pertenencias.

Desapareciste como espuma y por un tiempo me volviste espuma también.

Quisiera volverte a ver, quisiera que seamos espuma.
Mingyu.

Cartas a un suicida「Meanie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora