No olvides los pañuelos

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Disclaimer: Voltron: Legendary Defender y sus personajes no me pertenecen. La imagen de portada tampoco.

N/A: Esta historia es para el  «Concurso de Fanfics VLD Latinoamérica», el cual se organizó a través de Facebook. Está basada en un AU que hace tiempo tenía en mente para este fandom, donde los bebés viven juntos en una pensión universitaria. Los animes nombrados se dieron gracias a una conversación que tuve con mi kouhai.

Words: 2604

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No olvides los pañuelos

—Viejo, ¿estás listo?

—Deja de alargar el asunto, Lance, y arreglemos esto de una vez —murmuró Keith, observando desafiante al castaño que sonreía frente suyo. A unos pocos pasos, Pigde y Hunk observaban la escena en silencio, esperando que todo culminara de la mejor forma posible.

—Como quieras —indicó Lance burlón—, pero te aviso desde ya que no pienso perder ante ti.

—Eso lo veremos.

Ambos muchachos alzaron sus mentones de forma retadora antes de tomar posición de batalla, cada uno estirando uno de sus brazos hacia el frente con la mano convertida en puño. Ninguno quería desviar la mirada y la tensión entre ellos se acrecentaba notablemente, a tal punto que de seguro nadie se atrevería a interrumpirlos aunque fuese por un asunto de vida o muerte.

Keith se mordió el labio inferior entretanto Lance tomaba una larga bocanada de aire, que luego dejó escapar en un bufido antes de pronunciar:

—Bien, a la cuenta de tres...

—Uno, dos...

—¡Piedra, papel o tijeras! —vociferaron ambos chicos al unísono, antes de que sus dedos formaran la figura que tenían en mente. Todos, incluyendo el par de amigos que no habían quitado sus ojos de ellos en ningún momento, estiraron sus cuellos para poder apreciar el resultado.

Al verlo Pidge y Hunk se dejaron caer con un gruñido sobre el sofá, Keith parpadeó y Lance hizo un ruido extraño con tal de ahogar una carcajada. Él había estirado la mano para aludir al papel, mientras que su amigo mantuvo intacto el puño insinuando la piedra. Aquello era algo tan típico de Keith que casi todos en la pensión lo tenían en cuenta, pero eso no quitaba que Lance siguiera sintiéndose como un verdadero genio al conseguir la victoria.

—¡Já, gané! —chilló alzando ambos brazos—. ¡Deberías aprender de una vez que el papel cubre a la piedra! ¡Te dije que morderías el polvo contra mí! —Acto seguido se dirigió hacia la chica y Hunk, quienes se habían transformado en un par de masas derretidas sobre el sofá triple—: Vieron que gané, ¿verdad? Ahora tendremos que ver lo que yo elegí.

Pidge soltó un suspiro antes de incorporarse estirando la espalda, dirigiendo su mirada escéptica hacia Lance.

—¿Esto siquiera cuenta?

—Tuvimos una ronda de piedra, papel y tijeras entre los cuatro; y quedamos Keith y yo. Y gané —manifestó con orgullo, señalándose a sí mismo con el pulgar—. Fue una lucha justa, claro que cuenta.

—Pero si Keith siempre...

—Claro que cuenta.

La chica rodó los ojos pensando en que su amigo no tenía salvación alguna, y terminó encogiéndose de hombros junto a Hunk. Al final de cuentas, Keith ni siquiera había notado su costumbre que siempre lo llevaba a la derrota en ese juego y Lance no iba a ceder ni en un millón de años, por lo que sólo les quedaba acatar una de las pocas reglas de convivencia que se habían impuesto dentro de la pensión: los días domingo en donde todos coincidieran en el hecho de que no tuvieran que estudiar para ningún tipo de examen, cada uno propondría una película o serie y se iba a decidir a través de piedra, papel y tijeras qué sería lo que iban a ver proyectado en la televisión para malgastar la tarde.

No olvides los pañuelos [Voltron: Legendary Defender]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora