¡Te robaste mi frase marica inferior!

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Estoy decepcionada, decepcionada, decepcionada y tiste, triste, triste

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Estoy decepcionada, decepcionada, decepcionada y tiste, triste, triste.

Creí que al tener a un director gordo y holgazan las clases serían algo más... divertidas.
Un poco más de diversión y parecería un cortejo fúnebre.

-¡Maraca culià!, ¡No puedo más!- hago mi teatro como de costumbre mientras me cuelgo como Chango del brazo de Mili, y espero que me arrastre hasta el lugar del almuerzo.

-¡Sueltate bestia!- grita mientras agita su brazo, y me suelto del agarre.

-¿Y Andy?- Saco mi lado preguntón.- Sólo saludó y desapareció.

-Suele hacer eso, no te preocupes- Dice haciendo un gesto con su mano.

Camino hombro a hombro con mi extraña compañera de habitación. Pasamos un jardín, un pasillo, por los baños y finalmente llegamos a un salón repleto de chicos bravucones.

Caminamos a lo largo del salón como las reynas del lugar sin mirar a ninguno de los descerebrados que se quedan a nuestro paso. Mili como conoce a muchos por aquí, solo los saluda con su respectivo: "Wenas". Y sigue caminando.

-Aquí es nuestro sitio- Dice colocándose en una mesa vacía. Imito su acción y me siento frente a ella.

-Shit, ¿Qué almorzaremos?- cuestiono.

-Comida, ¿Qué más?- me responde con obviedad.

-¿Debo traerla yo?

-Pues si wey no mames, ¿que esperabas, pendeja?- me regaña como una madre. -¿Qué te la traigan en avión? Oh, ya sé. ¡SEBASTIÁN, querido. Traele a Engracia su comida!- Imita una irritante voz de señora refinada.

-Eugenia- Digo corrigiendo mi nombre.

-Si, si...

Una chica castaña de coleta despeinada llega hasta nuestra mesa y sin pedir permiso de sienta.

-¡Miren miren!- Tiende su teléfono hasta nosotras y nos reunimos para verlo. Acaba de publicar una foto de un chico buenorro y casi babeo toda la mesa.
No puedo evitar casi orgasmearme en el lugar. Pero evito lo mas posible hacerlo y disimulo esa picason ahí.

Dodida calentona.

-¡Tu miraaa esto!- Mili saca su teléfono y le muestra la pantalla. El rostro de la chica cambia a uno totalmente palido y horrorizado.
Un payaso macabro, cubierto de sangre y con una terrorífica sonrisa es el fondo de pantalla de la chica.

-¡Puta!, ¡Que me cagooo!- Grita la pendeja miedosa cuando se acuerda de que tiene cuerdas bucales.

Yo. Bueno, yo sólo me retuerso como gusano por la risa.

-¿Quien eres tu?- Me apresuro a preguntar.

-Sherlyn.

-¿Has pensado en cambiarte el nombre?, es muy feo.

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