Capitulo único

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En la residencia Matsuno se encontraban los 5 hermanos desayunando felizmente mientras su madre y su padre comían en el cuarto continuo como era de costumbre. Un mañana tranquila donde podían disfrutar la deliciosa comida de la matriarca de la casa acompañada de algunas leves discusiones entre Osomatsu y Choromatsu debido a que el primero le estaba robando la comida al tercero, Totty estaba con su inseparable celular chequeando sus redes sociales y Jyushimatsu e Ichimatsu estaban comiendo sin prestar atención a los demás.

Pero.... ¿acaso no faltaba un hermano?

Ninguno de los 5 noto esto; en la noche se habían despertado de mal humor debido a los gritos de terror que daba el segundo que estaba atado a un poste frente a la casa. Los 5 queriendo volver al mundo de los sueños, le tiraron el objeto más cercano que tenían para que los gritos del oji azul pararan, cosa que lograron y luego volvieron a dormir

Cabe mencionar que ninguno se sentía culpable por lo que habían hecho, después de todo: Karamatsu recibe peores golpes y vuelve como si nada a la casa con aquella dolorosa personalidad

Los 5 hermanos no sabían lo equivocados que estaban

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El hospital Kagura de Akatsuka recibe a muchos pacientes diariamente, Karamatsu era por así decirlo uno de los pacientes más habituales, siempre llegaba con algún tipo de lesión o herida, algunas más graves que otras. Todo el personal del hospital conocía al segundo Matsuno, era rutina verlo ahí mínimo 3 veces por mes; el joven era tan querido por el personal del hospital que prácticamente lo habían adoptado como parte de la familia de ese lugar. El historial clínico de Karamatsu era bastante extenso y nadie lo conocía tan bien como el Doctor Saotome y la enfermera K. Estos 2 eran los profesionales que estaban encargados del tratamiento de Karamatsu cada vez que este venia al hospital.

El doctor Saotome era un hombre joven, en sus 30 y tantos años, con un cabello rubio y ojos azules, era uno de los mejores doctores que tenía el hospital y también era muy querido entre sus compañeros y pacientes. La enfermera K era llamada así por todos ya que esta había dicho que su nombre era algo difícil de pronunciar así que prefería que la llamaran K, esta muchacha era bastante habilidosa en su trabajo, con el pelo castaño oscuro hasta los hombros y ojos marrones igual de oscuros, todo el personal coincidía en que esta enfermera era muy parlanchina pero agradable si se llegaba a entablar una conversación con ella

Estos 2 profesionales llevaban trabajando juntos algunos años desde que el director del hospital les asigno como prioridad el cuidado de un joven que parecía tener una especie de maldición ya que venía muy seguido al hospital. Ambos personajes aceptaron el trabajo sin rechistar, en todos esos años los 3 se habían llegado a conocer bastante y se llevaban muy bien. No era raro ver a los 3 siempre juntos cada vez que estaban en el hospital. Era como ver a 3 hermanos, el doctor Saotome tenía un aura especial que irradiaba confianza y seguridad, motivo por el cual los otros 2 lo veían como una especie de hermano mayor y ejemplo a seguir. El oji azul podía ser muy confiable y siempre brindaba palabras de aliento cuando eran necesarias pero a veces necesitaba ser consolado ya que se notaba que aquel joven cargaba con muchas cosas dolorosas en su vida, el doctor le tomo mucho afecto así como la enfermera, esta era muy madura para su edad, pero teniendo en cuenta ese factor era tratada como la hermanita menor, no le molestaba mucho, de hecho disfrutaba de la atención que recibía de los 2 mayores

La noche anterior el hospital había recibido una llamada anónima diciendo que había una persona que necesitaba atención médica con urgencia. Una ambulancia salió dispara hacia el lugar que les habían dicho; mientras tanto el hospital se preparaba para recibir al paciente que al parecer estaba gravemente herido

Un nuevo comienzoWhere stories live. Discover now