La Niña de los Ojos Azules

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Querido diario, hoy es 5 de septiembre y están a punto de empezar las clases. Estoy ansioso por empezar el curso ya que estoy en sexto de primaria, es decir, tan solo me queda un año para terminar la escuela. Estoy impaciente por empezar pero no solo por el hecho de estar en sexto, sino también porque estoy deseando volver a ver a mis mejores amigos Sarah y Jake. Este verano hemos hablado poco ya que ninguno se encontraba en la ciudad dadas las vacaciones de verano, pero hace hoy unos pocos días que volví de Miami a mi ciudad, Arizona. Esta tarde he quedado con mis amigos en el parque para contarnos como nos han ido las vacaciones.

-¿Qué haces Joe? (preguntó mi madre entrando por la puerta de la habitación)

-Nada mamá, tan solo escribo en mi diario.

-Pues baja que está lista la comida; no tardes.

-Si mamá...

Bajé de la habitación a la cocina para comer. Allí estaba mi madre hablando con mi padre con tono de preocupación, pero no se de que estaban hablando porque cuando me vieron dejaron de conversar.

-¡Eliot! (grito mi madre a mi hermano pequeño) ¿Qué estará haciendo este niño?

-Estará en el ordenador (dijo mi padre con voz un poco cansada)

Por fin bajó mi hermano y nos sentamos a comer. Hoy había carne con ensalada de tomate; yo odio la ensalada pero a mí siempre me han enseñado que hay que comer cosas sanas así que no me quejé.

Mientras comíamos había un silencio un poco incómodo hasta que mi padre empezó a hablar.

-Mañana iréis con vuestra madre a comprar los materiales del colegio, ya os queda poco de vacaciones, yo que vosotros aprovecharía los pocos días que os quedan.

-Yo he quedado esta tarde con mis amigos en el parque papá.

-¿Y tu qué Eliot, que vas a hacer esta tarde?

-Yo me quedaré en casa.

-Pero Eliot, no puedes pasarte todo el día encerrado en tu cuarto con el ordenador (replicó con un suspiro)

Mi padre y mi hermano siguieron discutiendo sobre el tema hasta que terminamos de comer. Recogí la mesa y me dirigí a la puerta.

-¡Espera Joe! (reaccionó mi madre rápidamente) ¿Por qué no te llevas a tu hermano al parque?

-Pero mamá...

-Por favor hijo, solo un rato.

-Vale...

En todo el camino mi hermano no paró de incordiar, solo sabe estar en el ordenador, comer y dormir, bueno e ir al servicio, claro. Cuando por fin llegamos al parque vi a mis amigos sentados en un banco hablando, pero no se de qué, ya que al verme se sobresaltaron y dejaron de hablar. ¡Vaya! Parece que todo el mundo me oculta algo.

-¿Qué tal chicos? (les pregunté ansioso).

-Bien. (respondieron los dos a coro).

-Parecéis un poco raros.

-¿Por qué? (dijo Sarah interrumpiéndome sin dejarme terminar la frase).

-No por nada, cosas mías; Bueno, contadme.

-Yo pase la primera semana con mis tíos en Nueva Orleans, (dijo Jake) y el resto, (prosiguió) en un campamento a las afueras de la ciudad. Teníais que haber visto la piscina de mi tío; era enorme.

-¡Guay! ¿Y tu qué Sarah?

-Yo también he pasado el verano en un campamento cerca de aquí. Estaba muy chulo, había un montón de actividades y las cabañas eran geniales.

-¿Y tú qué Joe? (me preguntó Jake)

-Yo he estado con mi familia en Miami, en una casa en el campo con piscina y terraza; no gran cosa la verdad, pero admito que lo he pasado bien ahogando a mi hermano en la piscina.

Todos empezamos a reírnos sin parar y mi hermano que estaba ahí al lado me empezó a insultar.

-¡Eres un idiota! (dijo gritando como si quisiera que se enterase todo el parque).

-Si sigues hablando así se lo diré a papá. Seguro que no le haría mucha gracia.

-Pasa de mi y no me hables (dijo mi hermano bajando la cabeza con tono de ofendido).

-Oye; No es culpa mía que papá te regañara quitándote el ordenador. Deja de pagarla conmigo.

Estuve un rato más hablando con mis amigos y mi hermano no paraba de preguntar cuanto faltaba para irnos. Parecía que su vida dependiera del ordenador y de su habitación llena de posters de personajes de videojuegos

y series de televisión de dibujos animados; No se como mi hermano no está gordo estando todo el día sentado y comiendo patatas fritas y chucherías.

Cuando llegamos a casa, mi hermano nada más poner un pie dentro, fue corriendo a su cuarto. ¡Vaya con el vicio del niño! Él sabrá lo que hace.

Después me dirigí al salón y de nuevo vi a mis padres hablando y esta vez mi madre tenía un pañuelo en la mano y la cara llena de lágrimas, me escondí para que no me vieran y para poder escuchar la conversación, aunque mis padres siempre me han dicho que no esta bien espiar a la gente, tuve el presentimiento de que algo no iba bien, sino, ¿Por qué iba mi madre ha estar llorando?

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2014 ⏰

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