No sé si siga las reglas de: El principio, problemática y desenlace pero necesito descargar la cabeza.
El pibe, como casi siempre, se chamuyaba algún que otro pibe. Era costumbre: chamuyar, endulzar, llevarlo a la cama y no volver a verlo. Era rutina. Quien sabe si habrá sido porque nunca se enamoró o quizás eso le endureció el corazón, si tenía miedo a sentir por primera vez o no quería sentir de nuevo. Pero eso no era algo que hablara con sus amigos.
A todos nos tocan cosas buenas y malas. No vamos a hablar de como es o era su vida en completo pero sí lo haremos sobre su corazón.
Él, al igual que todos nosotros, siente amor por muchas cosas. Ej: La música, sus amigos, el arte, viajar, fotografía, la sonrisa del otro, por escribir y también porque no leer pero no leer artistas conocidos sino a los que como él soltaban lo que tenían en el alma.
Me fui por las ramas.
La realidad es que él tuvo una primer relación en la que dejó, puso, dio y recibió todo. Tanto de su parte como de la otra persona. Sabemos que las relaciones son buenas y color de rosas/naranjas/manzanas/peras al principio. Para éste muchacho solo duró tres meses, los otros restantes puso de si mismo para no soltar y perder lo vivido. La vida siempre te da pruebas y sino podes pasarlas tener que volver al principio.
Estaba solo de nuevo.
De ahí para delante no quiso permitirse sentir más, si bien le costó no dejó que su corazón pasara por otra situación similar.
Buscar, encontrar, ir a la cama y olvidar.
Se había vuelto un ser sin sentimientos hacia el otro. Era un piedra o lo más cercano a algo que no tenga sentimientos por otra cosa que no sean sus amistades, familiares y la música(Otras cosas por ahí arriba mencionadas).
Seguía todo igual.
Es raro encontrar gente así pero conoció a nuestro nuevo protagonista de una forma muy graciosa.
Pasaron días...
Conversaciones de horas, risas, alguna que otra confesión sobre su vida privada, un abrazo, una sonrisa y un beso para despedirse.
¿Qué pasaba? - Él sabía que no quería llevarlo a la cama, que debía desnudarlo de otra manera y hacerlo suyo con un suspiro de vida. El problema estuvo cuando sintió que estaba entregando tiempo de él, espacio y un poquito de cariño.
Le dolía no poder entregarse. Intentó alejarse y a su sorpresa el diálogo siguiente:
- Es mejor que ya no hablemos, que no nos veamos más, que termine todo acá. Te voy a lastimar y no quiero eso.
- No, no vamos a dejar nada a medias. Dejate querer, dejate cuidar, tenes todo para ser feliz. - Lloraba su compañero de ratos felices para demostrar que era sincero. (O quizás no quería demostrar nada y le nacía así).
- Pero no puedo darte estabilidad, no puedo entregar una parte de mi. Sería dar una mitad. Yo me necesito completo.
- Para ese entonces su compañero ya estaba muy cerca y susurró - Dejame cuidarte, quererte y aprender a conocerte. - Terminó de decir ésto y lo besó. -
Siguen aún si es que quieren saber eso. Sin un nombre y sin atarse. Él se entrega sin decir que está entregado y recibe sin que le diga "tomá, te doy parte de mi". Saben que está el otro pero se lo hacen saber no necesitan decirlo.
Siempre a todos no tocan cosas buenas. Siempre. Hablar de situaciones, relaciones y hasta gustos clasificándolos por nombre es algo que quedó atrás. Un mundo dividido en donde todo tiene que tener un nombre, una ubicación y un orden. ¡Que aburrido!.
Sentí. Simplemente sentí sin ser estructurado.