Abril de 2016

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Y estaba ahí mirándola tan profundamente que ella ya no podía seguir observando su rostro, sus ojos. Desvió la mirada un par de veces pero él seguía ahí clavando sus ojos en ella...

Ella nunca lo había visto en su vida, era un completo extraño. Se sentía confundida y muy aterrada. En ése momento decidió guardar la calma y pensó quizá no sea una mala persona, quizá sólo quiere ver el salón o tan sólo busca a alguien; esas suposiciones empezaron a dar vueltas por su cabeza hasta que se convenció de que quizá no era eso, y esa persona quería algo más, algo más de ella.

Comenzó a oír los latidos de su corazón, tan, tan fuertes que su mente se quedó en blanco, ya no podía escuchar a nadie, sólo podía mirarlo a él.

Su mirada era profunda, prepotente, te hacía sentir como si estuvieras en un lugar enorme, todo blanco, sin ningún sonido alguno más que el de tu respiración (tan tranquila) y los latidos de tu corazón ( tan calmados como siempre); pero lo cierto es que no era así, había mucho ruido, tenía la respiración entrecortada y su corazón iba demasiado rápido y, el sujeto, sí, había alguien ahí estaba claro pero ¿por qué la miraba? y ¿por qué a ella?. Nunca había hecho algo malo, ni siquiera robar un dulce , cuando niña; nada de esto tenía sentido, nada de lo que le estaba pasando tenía sentido.

Hasta que de repente...

¡Ring, Ring!

Su celular comenzó a sonar, se sobresaltó al oírlo y su mente regresó a la realidad dónde debía estar.

Leyó el nombre de la pantalla, "Esperanza", era su hermana , sabía que debía atender la llamada pero se sentía tan abrumada que lo primero que hizo fue salir del salón lo más rapido que pudo.

El misterio de Giselle ContrerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora