El misterio de Giselle Contreras

Enero de 2016

Y ahí estaba ella, sentada en su cama con las rodillas al pecho viendo las redes sociales (facebook, twitter, etc).
Pero...
¿Por qué una persona como ella, tan ocupada y con la mente llena de tantas cosas, estaría perdiendo su tiempo leyendo noticias viejas o sobre personas que ni siquiera conocía?

Giselle bajó las escaleras. Traía una camiseta de mezclilla y un pantalón blanco ( que le sentaba muy bien) y se dirigió a la cocina, estaba tan cansada que lo único que se quiso preparar fue cereal; se sentó en una silla y desayunó mientras que su mirada estaba perdida en algún muy lejos de ahí.

Ella pensaba en su trabajo, en las tantas cosas que tenía que entregar, en sus hijas (a las cuales casi no les ponía atención) y en su muy desafortunado divorcio.

En ése momento empezó a recordar el día de su boda, ése día tan especial, que es supuestamente el mejor de tu vida y el que nunca olvidarás hasta el día de tu muerte.
Su boda fue una de las mejores que hayas visto en tu vida; fue en un jardín muy grande todo lleno de rosas blancas, habían telas blancas colgadas, las mesas con arreglos tan preciosos, habían pequeñas cascadas y un río que tenía el agua tan clara que podías ver tu propio reflejo. Fue una gran boda parecía salida de un cuento de hadas, sólo que sin animales corriendo de aquí para allá y cantando, sólo eso faltaba. Todo el mundo estaba feliz y divirtiéndose al igual que Giselle, la boda terminó demasiado tarde. 

Fue increíble.

Giselle se casó muy joven, tenía  tan sólo 25 años ( quizá no era tan joven pero eso creía ella), su matrimonio fue bueno al principio, eran felices y tuvieron 2 hijas( Mariana y Kara) ellas eran muy bonitas, adorables, inteligentes y juguetonas( se parecían a su madre).

Ella creyó que, al igual que su boda, su matrimonio sería increíble y muy feliz, pero como siempre las cosas nunca salen como uno planea.