JongIn es el mejor médico de Seúl, pero aún así se lleva una sorpresa al pensar que nunca podrá curar a JongDae con su problema.
JongDae no quiere más daño, no después del recibido por sus padres que lo llevan al punto de anhelar el suicido.
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Tal vez no era tan bueno pasar tres días completos sin dormir, tomarse cuarenta tazas de café, pero sobre todo no era bueno investigar sobre que le puede pasara a los fetos si su madre dura tiempo sin ingerir algún medicamento, sin ser tratada con delicadeza como su JongDae lo merecía, eso lo estaba matando.
Cuatro meses enteros sin saber nada de él, se había resignado a no volverlo a ver, pero su preocupación era más grande que su razón, y ahí estaba de nuevo, cuestionandose sobre como la podria estar pasando el pequeño pelinegro.
Por la mañana había tenido una fuerte cirugía, los niños eran su debilidad, por algo había elegido ser cardiólogo, más nunca pensó que su puesto ameritaba cirugías de todo tipo, aunque quisiera negarse, eso no era ético, y como quedaría su persona frente a tantos médicos.
El pequeño niño había perdido a su única familia, y le costaría bastante decirle todo eso cuando despertara, aún estaba tratando de formular las palabras correctas para decirle todo con flujo de detalle a la policía, pues según, se trataba de un asesinato, si bien no fue a base de armas, el hecho de que la señora no dejara el teléfono y no vio el trailer fue porque alguien le había estado amenazando días atrás y lo último que quería era huir, pero no siempre salen las cosas como lo planeas.
El médico fue interrumpido de sus pensamientos cuando un muy agitado y cansado ChanYeol ingreso a su oficina diciendo
-Lo encontraron!
Bueno, a JongIn digamos que le valió el hecho de que tenía que dar testimonio de su cirugía, le valió el hecho de que muchos le gritaran y preguntaran que porque abandonaba el trabajo, si tan solo se pusieran en sus zapatos, podrían comprender mucho de la vida de JongIn, que en los últimos meses, se habían convertido en un cautiverio.
Simplemente salió disparado hacia ChanYeol, se abrazaron y ambos salieron de la oficina, llevando consigo solo el móvil y el maletín de JongIn, en el transcurso se toparon con bastantes personas, preguntándoles la razón de su correr, ni siquiera eso fueron capaz de contestar, ahora más que nada, dejarían toda su profesión de lado, y bueno si eso no es amor, díganme entonces ¿qué es?
-JongIn estás seguro de que no le vas a mencionar nada al subdirector del hospital, sabes, eso puede hacer que pierdas tu puesto como director.-dijo ChanYeol mientras iban bajando por el elevador privado hacia el estacionamiento.
-Chan de verdad que ahorita no me importa nada de eso, es mas, por mi que se queden con mi puesto, ya no puedo vivir así-dijo un eufórico JongIn, bueno, sabiendo a parte de que él tenía una gran suma de dinero ahorrado, ya podría jubilarse si él quería, ser director tiene sus muy grandes beneficios.
-Esta bien JongIn- ambos subieron al Mercedes Benz de ChanYeol y simplemente los del hospital se quedaron viendo como quemaban las llantas de ese carro.
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