Amy esta mostrando ser mas simpática de lo que pensaba que sería la gente de este internado. Estoy con tres personas más, dos chicas, Allison y Claire, y un chico, Adam. Ambos parecen no quitarme ojo de encima en toda la noche, pero bueno, que iba a esperar siendo la nueva.
-Así que Lydia, ¿cómo acabaste aquí?- la pregunta de Adam me paraliza, era cierto que había sido enviada por mi padre, pero más de una razón se escondía detrás.
-Simplemente a mi padre se le ofreció un buen trabajo aquí, en Soria- miento. No voy a dejar a papá mal ahora, no sin antes asegurarme de a quien le confio mis cosas.
-¿Y en que trabaja?- vuelve a insistir él, ¿de verdad es necesario responder?
-Es juez, dice que aquí hay tantos delincuentes que el trabajo no para, siempre pensando en el bien común- vuelvo a mentir, papá no dijo nada de eso porque ni siquiera trabaja aquí, el se quedó en Inglaterra a vivir.
-¿Y tu madre?- ahora si que me tenso, noto que me vuelve a faltar la respiración como en las veces anteriores, toso y huyo hacia el baño corriendo. En el camino siento notar chocar contra algo, mas bien alguien, pero sin darle importancia pido perdón y sigo mi camino. Llego al baño y entro corriendo al váter, intento calmarme, esto puede conmigo.
-¿Todo bien?- oigo la voz de Amy al otro lado de la puerta
-Si, solo es que soy un poco asmática y a veces me pasa esto, todo bien ya- vuelvo a mentir, no hay necesidad de hacerlo pero eso es mejor que contarle la verdad a la primera persona que conozco.
Todos se han ido ya a las habitaciones así que hago lo mismo. Mi compañera esta sentada en el sofá con la misma postura con la que me la encontré al llegar. Esta vez ni me mira, parece un poco molesta por antes.
-Hola, gracias por avisarme, sin ti no hubiera cenado hoy probablemente- comienzo yo.
-Me han obligado a hacerlo- responde fríamente. Aun así aprovecho para preguntar.
-¿Cómo te llamas?
-Angy.
Responde fría como antes, no me pregunta mi nombre ni dice nada más. Deduzco que no le caigo bien pero no lo veo justo ya que no le he hecho nada. Intentaré darle otra oportunidad pero no me voy a andar con tonterías.
Suena la alarma. 07.00 am. No veo necesario poner una alarma con un sonido espeluznante en todas las habitaciones y menos a esa hora, las clases empiezan a las 8.
Me levanto, me aseo y me visto. En la habitación hay una mini cocina, pero es suficiente para calentarme un vaso de leche y tomármelo. Estoy a las 7.30 ya preparada, por algo digo que es innecesario que suene la alarma tan pronto.El sonido de clases suena y todos van hacia sus aulas. Mierda, media hora libre y no me he parado a pensar que no tengo ni idea de donde se encuentra mi aula. Doy con Adam, bien, el me guiará.
-Hacia Matemáticas por favor- le digo como si fuera una orden.
Me sonríe, se gira y comienza a andar rápido. En nada le alcanzo y quedo a su lado.
-No era necesario correr.
-Tú no eres la que tienes que volver a hacer todo el camino de nuevo hacia clases de historia, en la otra punta del edificio.
-Tú no eres el nuevo que no sabe donde están las aulas- me defiendo, aunque podría haber investigado por mi parte, si. Se detiene.
-Me debes una- sonríe y se va. Vaya, aun hay gente amable en el mundo. Me quedo parada enfrente del aula observándola desde fuera. ¿Estoy lista para mi primera clase?
-¿Piensas entrar hoy o mañana?- oigo una voz bronca detrás mía. Me da un pequeño empujón apartándome del medio. Vaya, ¿quién se creerá? Hasta que doy con él, Wells, ahora entiendo todo, el mismo Dios se cree, si.
Entro a clase sin saber donde sentarme. Todo el aula está llena a excepción del sitio al lado de Wells -¿qué raro que esté solo no?- y uno al final de la clase. Sonrío, definitivamente ese va a ser mi sitio. Me dirijo hasta él decidida hasta que una voz me detiene.
-¿A dónde crees que vas señorita?- me giro, la causante del grito no es ni mas ni menos que la misma profesora- al lado de Wells ahora mismo- ordena.
Cierro los ojos y me maldigo internamente, desde luego no he empezado el día con buen pie.
Coloco mis cosas en la mesa y me siento intentando mirarle lo menos posible.
-Así que eres tu la que va topándose con gente y parando el paso a los demás - dice nada más sentarme a su lado.
-Así que eres tu el que va de Dios, molestando a todos y creyendo que el instituto es suyo- respondo firme. Siento que así solo me estoy metiendo en problemas, pero no iba a ser pisada por nadie y menos por él.
Ríe por lo flojo y me mira con odio durante unos segundos. Le desafío con la mirada y acto seguido mira al frente y no vuelve a dirigirme la palabra en toda la hora. ¿Eso era bueno o malo?
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Entre vosotros dos
Teen FictionLydia Parks se prometió a si misma no meterse en mas líos este nuevo curso. Lo que ella no esperaba era encontrarse con la peor persona del instituto. Dylan Wells no se lo pondría demasiado fácil, y ella no iba a ser pisada por nadie. Con suerte se...