Dedicado a hestking.
* ** *
El sonido del agua cayendo sobre el techo y la ventana no lo dejaba dormir. La última hora estuvo dando vueltas en la cama, estiró su mano en medio de la desesperación por no poder dormir y dió con el celular, en la pantalla marcaba que eran las tres de la madrugada. Soltó un suspiro de frustración y dejó el aparato en la mesita, había pasado sólo una hora desde que se acostó y él sentía que ya iban a ser las seis, le pareció que habían sido horas las que pasó dando vueltas.
No iba a levantarse por nada del mundo aunque no pegara un ojo en toda la noche, él no se saldría de la cama hasta las seis de la mañana. Hacía demasiado frío y la lluvia no ayudaba, estaba agradecido de que al menos no nevara por el momento. La ansiedad de lo que le depararía el día quizás era lo que lo mantenía despierto.
Una claridad que entró por la puerta le llamó la atención, alguno de sus dos amigos había prendido la luz del pasillo. Él no era una persona que le interesaba lo que los demás hacían, pero aún así intento escuchar los pasos y trató de descifrar quién era el que rondaba a altas horas de la noche.
No le hubiese parecido extraño si los pasos iban hasta el comienzo, donde a la izquierda está el baño, pero los pasos continuaron hasta lo que sería la sala y ahí fue cuando decidió pararse, porque la curiosidad pudo con él. Tiritó un poco mientras se colocaba el buzo, las pantuflas y entonces salió de su habitación.
Caminó por el pasillo hasta llegar a la sala, las luces estaban apagadas y no había nadie. Siguió caminando por un costado donde sabía que no había ningún peligro, como llevarse algo por delante y terminar con un golpe o en el suelo. Llegó a la cocina y abrió la puerta vaivén, la cual volvió a su lugar cuando él se adentró en el pequeño cuarto.
El lugar era pequeño, tenía una estufa eléctrica, la mesada larga a un lado y en una esquina la heladera. En la mesada había un microondas y una cafetera y arriba en la pared colgaba la alacena, las paredes pintadas de rojo desgastado contrastaban con la madera negra.
—¿No puedes dormir, Lou? —Frente a la estufa estaba un chico esperando que el agua hirviera, tenía los labios rosas totalmente resecos y unas ojeras se dibujaban debajo de los brillantes ojos verdes. La sonrisa con hoyuelos seguía intacta, haciéndola su marca personal y la manifestación gestual favorita dedicado a Louis. Había una taza a un lado del casi vacío bote de azúcar, “Debemos comprar más”, pensó. El otro chico se volteó hacia él, estaba descalzo sólo con unos boxer y a Louis le dio más frío que el que ya tenía—. ¿Quieres un té?
Louis asintió sin decir nada y se fue a sentar en uno de los bancos que estaba en un costado de la mesada.—¿No tienes frío, Harry?
Harry caminó hacia la alacena y sacó una taza de té para ponerla junto a la suya. Apagó la hornalla y comenzó a llenar las tazas de agua. Louis lo miraba hacer todo, no perdía detalle de los movimientos en el cuerpo de su amigo. La convivencia hizo que ya no sintiera vergüenza ajena ni sorpresa cuando se lo encuentra completamente desnudo andando por la casa, pero en ese momento no podía dejar de mirarlo ya que parecía que no sentía las bajas temperaturas.
La taza de té llegó hasta él mediante Harry, luego ambos estaban sentados. Louis rodeo la porcelana con sus dedos para calentarlos mientras Harry sólo daba sorbos de su taza.
—No, de hecho tenía calor en la habitación y no podía dormir.
—Tienes problemas entonces porque seguramente hace tres grados afuera.
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The desire of the body before love (OS)
Teen FictionHarry, Louis, Zayn viven juntos. Liam y Niall viven en el departamento de al lado. Los cinco son universitarios y los cinco son mejores amigos. Dos con un secreto a voces. Inspirado en el fanart donde Harry llama a Louis desde el baño y sus amigos e...