Prologo

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Una pequeña niña de cabellos claros, caminaba triste por los pasillos de su gran casa. Hace menos de dos semanas que su querida madre había muerto y su padre no ayudaba en su alegría. 

Vestía un lindo vestido rosa que le llegaba hasta las rodillas, unas medias blancas y el cabello suelto. Con sus manitas se apretaba la parte baja del vestido, conteniendo sus lágrimas. Pasear por la tranquila casa la calmaba un poco. 

Mientras caminaba, observo la puerta del cuarto de su madre abierta. Se acerco y asomo su cabeza, pensó que tal vez habría alguna sirvienta, pero allí no se encontraba nadie. Miro hacía el suelo, le causaba nostalgia ese cuarto. 

Se disponía a marcharse, pero pudo ver de reojo como una luz aparecía desde el techo. Abrió un poco más la puerta y alzo su cabeza para observar mejor el techo. Sin previo aviso la luz tomo forma de esfera y salió velozmente de la habitación, pasando al lado de Lucy. 

Lucy dio un pequeño salto por el asombro, pero sus pies se movieron por si solos y comenzó a seguir la luz. La pequeña esfera cada vez avanzaba más rápido, haciendo que la niña tuviera que correr. Luego de mucho correr y unas cuantas caídas que le habían dejado heridas, llego a un lugar de su casa que no conocía. 

Se encontraba un gran cuadro, en él solo se podía ver un fondo negro. La luz ingresó detrás del cuadro, dándole a entender a Lucy que había algo allí. Se acercó y con su poco fuerza hizo todo lo posible por moverlo. El cuadro casi se le cae encima, pero logró apartarse de inmediato. Observo asustada la pintura rota y luego miro lo que había descubierto. 

Se veía un pasadizo oscuro, Lucy se aproximo, al hacerlo pudo sentir una corriente de viento muy fuerte. La luz se poso al lado de ella, la niña se percato de que la luz la podría alumbrar en ese lugar tan oscuro. Dio un pequeño salto y se adentro en el pasadizo. Estuvo aproximadamente 10 minutos caminando.  

Justo en el momento en que se estaba cansando, choco con una puerta, la abrió y vio un lugar lleno de polvo, insectos y telas de araña. El lugar le causaba temor a Lucy, pero no quería irse. La luz se dirigió a una caja, la niña con temor la tomo. Primero le sacudió un poco el polvo, causándole unos cuantos estornudos. 

Se decidió a abrirla, dentro se encontraban dos llaves rojas. 

- Estás son...como las llaves de mamá - dijo Lucy para si misma. 

- ¿Las quieres? - se escuchó la voz de un niño por el cuarto. 

Lucy busco a la persona con un poco de miedo, no lograba visualizar a nadie. 

- ¿Quién eres? - preguntó tomando el valor suficiente 

- Yo...soy una llave - 

Lucy miro las llaves, ahora tenían un brillo hermoso. Tenía un mal presentimiento sobre estás, pero quería tenerlas. Acerco su mano y las tomo, al hacerlo desaparecieron y la niña apareció en el patio de su casa. 

- ¿eh?- Menciono extrañada 

Recorrió el mismo camino por el que había llegado a ese pasadizo, pero está vez solo había una pared. 

- Lucy sama, aquí está, venga es hora de su baño - apareció una sirvienta. 

Lucy la ignoró, estaba concentrada pensando en lo que había sucedido. Hablar con su padre no serviría, con los sirvientes menos. Así que decidió callar, hasta olvidarlo...

¡Hola! Está es la primera historia que público, así que digamos que no sé mucho XD. Este capítulo bastante corto, pero es por qué es el prologo, los demás serán más largos. 

Gracias por leer! 

Mi decisión.Where stories live. Discover now