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JinYoung Pov.

Conseguía mi caramelo de la máquina cuando sentí como alguien cogía mi mano y me arrastraba, llevándome consigo. Voltee esperando ver a Mark frente a mí, quizás BamBam los hubiese llamando para que vinieran por mí.

Estaba demasiado oscuro y ante la falta de mis anteojos me fue difícil distinguir a la persona que tiraba de mí. Aunque la silueta ligeramente robusta y varonil me dejó en claro que no era ninguno de mis amigos.

Ligeramente asustado escanee el lugar, notando al fin las luces de las linternas detrás nuestro, los vigías. Apresure el paso tras ser consciente de esto, siguiendo a quien quiera que fuera la persona frente a mí.

Mi andar era torpe debido a la diminuta falda, la cual no paraba de subirse cada vez más con mis pasos. Maldije mentalmente. Odie a Mark por hacerme vestir este absurdo atuendo de porrista, era horrendo y me quedaba mal, además la forma en que se movían los cabellos rojos sobre mis ojos me molestaba. Nunca dejaría crecer mi cabello más de lo razonable.

Con mi mano libre tire de la falda hacia abajo, y trate de acomodarme la corta blusa verde, odie que YoungJae insistiera en que usara un sostén. Son tan incómodos y molestos, además los rellenos me picaban. Quería quitármelo.

Mordí mi labio inferior, saboreando el dulce sabor del brillo labial que BamBam coloco sobre mi boca. Me sentía absurdo, aunque agradecía que no hubieran insistido en poner brillo sobre mis ojos o aquella grumosa cosa negra en las pestañas, de verdad que lo agradecí. Eso sin duda hubiera sido demasiado.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no fui consciente en qué momento abandonamos la cafetería. Trate de dejar a un lado los pensamientos sobre lo tonto que me veía vestido de esta manera, como una porrista boba.

Tropecé contra algo sólido cuando dimos un giro brusco, los brazos del extraño me estaban rodeando. Mi corazón se volvió loco, latiendo rápidamente en mi pecho. Estábamos ocultos entre un par de pilares, donde la iluminación era más escasa y me dificulta la vista.

Empuñe mis manos sobre los blancos tablones de la falda, apretando fuertemente. Mi oreja estaba colocada sobre el pecho del otro muchacho y escuche el como su corazón palpitaba furiosamente en su caja torácica, era como si fuera a salirse en cualquier momento de su interior.

—Shh, no hagas ruido— sentí la sangre acudir a mis mejillas y aglomerarse ahí. Esa voz, no podía ser posible.

No podía ser que de todos los alumnos de este internado, fuera Im JaeBum quien me sostuviera en este momento, vestido de tan humillante forma.

Quise llorar, no quería que me viera vestido así. Me avergüenzo de haber aceptado aquella estúpida apuesta, fui tan tonto al hacerlo.

"Te odio, Mark Tuan".

Mastique el interior de mi mejilla todo el tiempo que permanecimos ocultos en aquella posición.

—Creo que se han ido— escuche su ronca voz murmurar de pronto, tomándome por sorpresa. Brinque contra su pecho, y me avergüenzo de actuar de forma tan torpe a su alrededor. Siempre era lo mismo.

Era como si Im JaeBum fundiera todas mis neuronas con su sola presencia, con tan sólo respirar.

Lleve mis manos hasta sus antebrazos, tratando de alejarlo. El contacto de sus manos contra la piel expuesta de mi cintura me quemaba. Contrario a lo que deseaba hacer, él acarició suavemente esta zona, deslizando su pulgar arriba y abajo.

Clave mis uñas en su piel, podía sentir sus manos deslizarse suavemente por mi espalda hasta llegar al broche del sujetador.

—Hay algo que me molesta— susurró en mi oreja, provocandome un estremecimiento cuando paso sus labios por mi cuello. —No necesitas esto.

Cerré los ojos, respiraba entrecortadamente mientras él se deshacía del broche, dejando caer la ofensiva prenda hasta nuestros pies. Suspire ante la cosquilleante sensación que dejaba atrás el toque de sus dedos sobre mi piel.

—Yo...— me temblaba la voz, no encontraba las palabras para frenarlo y alejarlo. Quería, pero a la vez no.

Lo deseaba. Lo había deseado por años.

Había anhelado sus toque por los últimos dos años, siempre imaginando cómo se sentiría.

—Me gustas, JinYoung— musitó, rozando sus labios contra los míos.

Jadee inevitablemente, sus manos se encontraban una jugando bajo la blusa y la otra deslizándose por mi pierna. Sus dedos traviesos provocándome cosquillas, y un sin fin de nuevas sensaciones.

—Nunca he hecho esto antes— farfulle, rasguñando los músculos de sus brazos.

Llevó una de sus manos hasta mi mejilla, abrí los ojos al sentir su intensa mirada sobre mí. Deslizó su pulgar hasta mis labios, y acarició el inferior con este, provocándome ansias. Quería lamer mis labios.

Empujé mi lengua fuera de mi boca y roce la punta de su dedo, nuestros ojos estaban fijos en los del contrario. Vi sus pupilas dilatarse, él estaba exitandose. La forma en que su respiración se volvió pesada y empujo su pulgar entre mis labios me lo demostró, él estaba pidiendo que lamiera su dedo.

—Chupalo— ordenó, llevando su mano libre a mi cintura para empujarme aún más cerca contra su cuerpo. Gemí, podía sentir su excitación. Él estaba duro.

Pase mi lengua por la punta, saboreando la textura. Note como sus orbes iban oscureciendo con cada movimiento que hacía.

—Hazlo, bebé— animo con tono dulce, en contraste con la situación su voz jamás había dejado de ser gentil y dulce.

Envolví mis labios alrededor del pulgar e hice lo que me pidió, humedeciendolo con mi boca.

Un gruñido abandonó su pecho, y retiró el dedo de mi cavidad bucal.

Enrosque mis dedos alrededor del cuello de su camiseta, JaeBum había estampado sus labios contra los míos, moviendolos de forma demandante y dura.

Sus manos habían ido a parar en mi cadera, donde apretó con fuerza. Quizás dejaría marcas, no me importaba.

La sensual forma en que sus labios acariciaban los míos, o la manera en que nuestros alientos se mezclaban en el interior de la boca ajena.

Me abrí para él cuando mordió, permitiéndole explorar en mi boca. Su lengua jugueteó con la mía, rozandose una y otra vez.

Mi cuerpo se sentía caliente, sentía como si estuviera en llamas. Necesitaba que pasara sus manos por todos los rincones de mi cuerpo, apagando el fuego que su beso me estaba provocando.

Podía sentirlo en cada pequeña parte de mi, burbujeando en mi interior.

Jadee cuando nuestros labios se separaron con aquel húmedo sonido, su boca descendió por mi mentón hacia mi cuello, besando y mordiendo.

—JaeBum— gemí.

—Shh, alguien puede escucharnos. 

♥♦♣♠ 

Lo siento, pero mi mente no da para más por el momento. Así que este es el fin de esta pequeña historia. 

Muah ♥ 
P.D- Espero que la hayan disfrutado y les haya gustado, una disculpa por dejarles con ganas de más. 

Por cierto ¿qué les pareció la forma en que escribí esta parte? Había llevado un tiempo queriendo escribir algo en primera persona, espero que no haya sido demasiado raro o incomodo. 

That boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora