capitulo 2

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Narra Silvia
Veo como Álvaro me mira, y mi voz empieza a temblar. Me dispongo ha hablar y me quedo sin palabras, Álvaro se cabrea me mira, y ya se pone en plan borde y diciendo que no debio de decirme que estaba enamorado de mi. Se aleja de mi y antes de que se vaya lo cojo por el brazo lo giro y le planto un beso apasionado. Cuando nos separamos me mira con una cara interrogativa y suelta que siempre hago lo mismo y sin pensármelo dos veces ya que no quiero perderlo le digo "Álvaro estoy enamorada de ti". Si quiero formar esa familia, te quiero y te amo con todo mi corazón. Me agarra por la cintura y me besa sin consuelo. Quiero ser de Álvaro, lo necesito. Y cuando termina el beso decido subir las escaleras tirando de su brazo. Al llegar a su habitación mientras le beso le quito la camiseta, le muerdo la oreja provocándolo. El me quita la camisa y se puede ver un sujetador de encaje y mi barriga algo abultada. Álvaro me besa y besa la barriga, me retira los pantalones dejándome en un ligero tanga. Tambn se quita los suyos. Y se puede observar su miembro ya listo. Mientras me besa apasionadamente me va tumbando lentamente en la cama. Me quita el sujetador y empieza a morder y a chupar mis pechos haciéndome gemir de placer. Antes de bajar me mira y me dice si estoy segura? Y yo contesto si hazme tuya. Enseguida empieza a besarme lentamente cada cm de mi piel. Se va acercando a mi miembro me retira el tanga y empieza a chupar y lamerme. Hasta que gimo de placer. Cuando estoy bien mojadita me deja y se tumba de lado. Cómo me conoce sabe que me gusta estar yo encima de él y dominarlo. Me pongo encima le beso su precioso torso musculoso. Voi bajando hasta llegar a su miembro donde muerdo sus testículos y empiezo a lamer y a chupar su miembro haciéndolo gemir. Cuando veo que está listo introduzco su miembro en el mio. Y empiezo a galopar como una auténtica vaquera, los dos gritamos de placer hasta que obtenemos un gran orgasmo. Me tumbo en su pecho y el acaricia mi barriga. Nos quedamos dormidos abrazados y cojiendo nuestras manos.
A la mañana siguiente me despierto y veo que mi bello durmiente aún duerme. Decido preparar el desayuno. Me pongo su camisa y sin nada más bajo abajo

 Me pongo su camisa y sin nada más bajo abajo

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Mi todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora