Tradis

La Rebelión: Parte 1

Se vio distraído por las gotas de agua que caían en el vidrio del carro afueras de su casa. Recordando todas las preocupaciones que inundaban su cabeza cada día.

Una voz llamó su atención.

—¡Marcus! —. Gritó una mujer desde su casa.

—¿Si? —.

—¿Dónde está la mochila de Lauren? —. Volviendo a gritar la mujer.

— Está en el auto, mi amor —. Agarró la mochila y la asomó por una de las ventanas del carro, para que así viera que era verdad.

Saliendo de la casa, su mujer y su hija se dirigían al carro. Abriendo la puerta se subieron en él.

—Creo que ya nos podemos ir —. Exclamó la mujer.

—¡Ya era hora Lindy, he estado media hora aquí! —. Dijo Marcus, haciendo una cara burlona.—Estaba hasta pensando en traer una cobija y almohadas para dormir —. Por sus palabras tan exageradas provocó la risa de su mujer e hija.

—¡Eres un exagerado! —. Gritaron las dos al unísono.

—Bueno...creo que es hora de irnos —.Antes de encender el motor se escuchó un pequeño estallido de felicidad de parte de Marcus.

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*Llegada al lugar*

Parquearon cerca del lugar destinado y recogiendo sus cosas, se bajaron del auto.

—¿¡Quién está emocionada de su primer día en el kínder?!—. Exclamó Marcus.

—¡Yooo! —. Dijo su hija, emocionada.

Agarrándola de su cintura, Marcus la levantó del suelo y le dio un abrazo tan acogedor que un padre le puede dar a su hija.

Susurrándole al oído, le dijo: —No crezcas más mi niña, estas demasiado grande. Aún recuerdo cuando te enseñé a dar tus primeros pasos —. Exclamó con lágrimas en sus ojos, acariciando su cabello lizo y arreglado.

  — No sigas que lloraré —dice Lindy, cruzándose de brazos. 

  — ¡Señor Marcus! —. Se escuchó una voz que se dirigía hacia la familia. 

— ¡Nana Ly! —.

— Señor ..... ¡pasó algo!—comenta Nana. 

 — ¡Pero que pasó!! —.

— Ya están aquí, han llegado de nuevo —apenas podía salir las palabras de la boca de Nana, de lo asustada que se encontraba—.   

  — ¡No puede ser!.....no creí que vinieran tan rápido —bajando a Lauren de sus brazos y entregándosela a Nana, empezó a dar vueltas en signo de estar preocupado.

Se acerco a su esposa, poso sus manos en las  mejillas de ella, mirándola directo a los ojos.

—Lindy, escúchame atentamente lo que voy a decir ahora.

  — Marcus, por favor no —contesta la mujer con un hilo de  voz y sus ojos llenándose de lágrimas,apunto de estallar.Sabiendo perfectamente lo que iba a pasar—. ¡Dime que no vas!. 

  — Es mi pueblo... —se acerca más a ella—, también lo hago por Lauren en especial.

— ¡Marcus! —exhala Lindy, con una voz quebrante.  

 — Solo escucha, amor ... — suspira—. No me arrepiento de haberte conocido, de tener a una mujer tan hermosa como vos, no me arrepiento de haber ido contra  las reglas y haber arriesgado todo por ti, de haberme enamorado perdidamente,por que sé que esto es verdadero y sigue siendo tan fuerte este sentimiento como la primera vez, no he amado a alguien más en este mundo que a ti y eso quiero que lo tengas presente — cada palabra que salía de la boca de Marcus era una lágrima en la cara de Lindy—. Cuida a esa hermosa hija que tenemos y haz la toda una mujer de bien, que yo siempre estaré ahí contigo,dile que la amo y que siempre la amaré. Te digo todo esto así de golpe porque no sé si más tarde lo podre decir.