Los jadeos y suspiros resuenan en la habitación de Jungkook, dos cuerpos amándose crudamente, sonidos húmedos y chasqueantes, susurros y palabras sucias.
Taehyung da sus últimos golpes antes de caer rendido sobre Jungkook, humedeciendo ambos abdómenes con la semilla del menor.
-¡Ah, te am...- el rubio calló sus palabras con un beso suave y húmedo, como sabía que a Jungkook le gustaban.
Unos segundos después Taehyung se separó de su compañero de cama, y se levantó para dirigirse al baño de éste.
Suspiró mirándose en el espejo, marcas violáceas adornaban su cuello y pecho como souvenir de lo que había ocurrido minutos antes.
Sonrío.
Jungkook lo miraba sentado desde la cama que para él, era de ambos, le gustaba pensar que Taehyung la consideraba así también.
Aunque que no era así evidentemente, ya que se levantaba al instante sin permitirse reposar de su liberación junto a él.
Jungkook una vez más sintió aquel rechazo al que estaba acostumbrado, pero sin embargo, una siempre dolía más que la vez anterior.
Escuchó el agua caer en la ducha, otro rechazo más para él.
Le hubiese gustado que Taehyung le invitara a compartir en la ducha como lo hacía hace tiempo. Dos años, aproximadamente. Sin embargo desde hace varios meses el rubio había estado más distante que nunca, el pecho de Jungkook dolía, ardía.
No sentía más que vergüenza por sí mismo y amor por Taehyung. Aún así no se rendía, pensando en que quizás su amado amante ocultaba sus sentimientos por timidez.
Un par de lágrimas rodaron por las mejillas del menor, Taehyung siempre fue rudo pero esta vez se sintió diferente.
Jungkook se levantó a pesar de el punzante dolor y caminó por la habitación para hacer desaparecer el dolor que afortunadamente bajaba hasta convertirse en una simple molestia.
La puerta del baño fue abierta lentamente haciendo que la luz de éste se colara a la habitación, Taehyung salió con una de las toallas de Jungkook anudada en sus caderas y otra rodeando su masculino cuello.
Los oscuros ojos del mayor leyeron al castaño minuciosamente con la mirada sombría que tenía siempre luego de tener sexo. Las primeras noches Jungkook amaba aquella mirada de excitación que Taehyung mantenía incluso horas después de hacerlo pero ahora no le causaba más que frustración, frustración de saber que nada había cambiado en los sentimientos de su amante, de que a pesar que intentara todo lo posible por ser correspondido no sucediera.
-Toma un baño mientras me visto, desayunaremos juntos- Jungkook asintió ante las palabras del rubio y entró en el baño que estaba empañado de vapor caliente y aroma a la loción que Taehyung utilizaba.
Lavó su cuerpo con sus manos, permitiéndose imaginar que eran caricias de Taehyung, enjuagó su cabello imaginando que era su amado quién lo hacía tan cariñosamente y acabó su ducha tocándose mientras su semilla y lágrimas caían sobre las baldosas de la ducha.
Salió del baño encontrándose con su habitación oscura y vacía, una brisa la recorría y ya no estaba el aroma de lo que habían hecho, Taehyung como nunca, se había encargado de abrir las ventanas y cambiar las sábanas blancas por unas grises.
Jungkook secó su cuerpo cariñosamente, Taehyung pocas veces era cariñoso con él así que se encargaba de cubrir la cuota de cariños siendo muy gentil consigo mismo. Tomó un par de lociones y las aplicó en su cuerpo suavemente, sabía que a Taehyung le encantaba su piel suave así que la cuidaba religiosamente, lo único que no cuidaba de esa manera eran sus sentimientos.