Dragón cruel.

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Como siempre, el despertador se encargó de avisarme el inicio de mi semana.

Me levante con pesadez y baje a la cocina, tome mi desayuno y salí de mi morada.

No me importo ver las noticias antes de salir. Simplemente no tenía ganas.

Una vez en la galería, la abrí y comencé con mi rutina, después tendría tiempo de pensar.

Mi dios cruel hizo que el día pasara rápido, ya que me encontraba cerrando de nuevo.

Estando en el carro, me dedique a buscar la dirección que descargue momentos antes. Pase casi una hora conduciendo pero al fin la halle.

Era una casa ordinaria. Tenía dos pisos y cochera, estaba pintada toda de blanco y la recorría una reja de fierros negros. A pesar de ser todo, se notaba el aspecto elegante. Las personas que vivían en ella sin duda tenían buena posición económica.

Al no haber ningún carro en la cochera, supuse que no había nadie en aquella casa. Cruce la calle hacia la casa de enfrente y toque el timbre, después de un minuto, abrieron la puerta.

– Hola, ¿Qué se le ofrece? – una mujer no muy grande me saludo.

– Buenas tardes, perdón por la molestia, pero ¿podría decirme si hay alguien en esa casa? – le señale la de enfrente.

–Mmmm... creo que no han llegado los dueños, ¿los necesitaba? –

–Algo así... son amigos míos y viene a visitarlos, pero al parecer no sé dónde encontrarlos... – dije mostrando inocencia en mis palabras.

–Si quiere, puedo pasarle la dirección de donde trabajan. – Me expresó un poco animada.

– ¡¿Puede?! Sería de muchísima ayuda. – le mostré una sonrisa.

–Permíteme... solo busco en donde apuntar y regreso. –

–Muchísimas gracias. –

La señora solo tardo un par de minutos y volvió con un trozo de hoja en las manos.

–Es una escuela, mis hijos toman clases ahí, no debes perderte. –Me entrego el trozo de papel.

–Perfecto... agradezco su ayuda. – le sonreí nuevamente mientras me guardaba la dirección en el bolsillo, di la vuelta y regrese a mi coche para arrancar de nuevo.

La señora no mentía. El lugar era una escuela donde se enseñaba wushu. Contaba con un solo plantel, en la entrada había una pequeña recepción con sillas donde los padres esperaban, lo demás era el lugar donde entrenaban.

Al parecer, Tao era el maestro ahí, no había nadie además de él que enseñara. Resulta ser, que Kris y Tao son los dueños, Kris le regalo esa hermosa escuela a su panda y juntos la manejaban.

Salí del establecimiento y tome el camino directo a casa. Tenía cosas que planear.

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Miércoles.

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Averigüe un poco más sobre la escuela donde trabajaban Kris y Tao.

Tao era campeón de varios torneos de wushu que le otorgaron varias medallas y trofeos de primer lugar. También decidió enseñarlo cuando recibió el ostentoso regalo de su novio Kris. La escuela era muy prestigiosa y la número 1 a nivel nacional.

Vendetta [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora