Todo lucía como un verdadero desmadre, comida y basura por doquier, los montones de cornetas a tope y una cantidad incontable de adolescentes bailando y destrozando todo a su paso por el lugar. Era la fiesta más escandalosa que se había presentado esa noche por la ciudad, y la anfitriona de ésta no se quedaba atrás por ningún motivo, aquella era el propio centro de atención del nombrado escenario, como siempre, con sus prendas mas costosas,elegantes y apretadas, su sonrisa ladina que reflejaba diversión y coquetería, sus orbes enormes con los que te podías perder en instantes pero jamás podrías descifrar que transmitían exactamente, y sus exóticos pasos al bailar en relación al compás de la música, pues se adaptaba a cada estilo y género que se escuchaba en la pista.
Solía volverse loca en fiestas como la suya, tanto que terminaba siendo lo que llamaban el Alma de la Fiesta, sí claro, todo perfecto, tal como el mundo que la rodeaba describía su vida, la vida de ella parecía perfecta, pero no lo era, aún con todos los lujos que tenía a su alcance, aún con las buenas amistades con las que pasaba el rato, aún con toda la popularidad mundial que poseía no era felíz del todo.
—¿¡No piensas hacer el twerking!? — Se le oyó gritar a alguien. La joven no hizo caso al comentario,y siguió con su camino, paseando por cada rincón de la bulliciosa fiesta en busca de algo más que pudiera hacer para entretenerse.
— ¡Hey! ¡Partygurl! ¡Por aquí! — La llamaba una de sus tantas "amigas" por el apodo que usualmente utilizaban para referirse a ella y, que además, la identificaba junto a otros más.
La joven se dirigió hacia un grupo de muchachas que desconocía donde divisó a una pelinegra , ella era quien la llamaba.
—¡Nena! ¡Ya me estaba hartando de llamarte y hacerte señas! ¿En donde estabas? — Le habló con su típica voz de niña creída mientras se levantaba de uno de los sillones y rodeaba con uno de sus brazos el cuello de la anfitriona. Partygurl rodó los ojos sin que la pelinegra se diese cuenta de aquello, pues ella le parecía una amistad falsa y muy pero muy molesta, ya que sólo la buscaba debido a su fama por ser cantante, para que así aumentara su popularidad, era todo.
— Estaba ocupada con ciertos asuntos que no son de tu incumbencia Lila... Es todo...— Respondió algo seca. La verdad, la mencionada anfitriona se encontraba algo mareada,pues era notable en su cara y en su voz que no se sentía muy bien, pero debía mantenerse firme y tratar de reprimir todo lo que sentía, sin embargo nadie se dignaba en preguntarle sobre su bienestar o malestar, ni siquiera la persona a la que llegó alguna vez a considerar la más cercana hacia ella lo hacía.
— Tienes razón, no me interesa saber...oye... ¿Por que no vas a decirle a ese guapetón de allá que le quiero hablar un ratito? — Le señaló a un chico rubio y de ojos verdes que se hallaba coqueteando con otra de las invitadas del magno evento.
En respuesta, ella solo chasqueó la lengua, obviando totalmente el arte de disimular ante las personas pero ¿Quién iba a fijarse con tanto alboroto al rededor?.
—¡No tengo tiempo para esto Lila! — exclamó — Ve tú... Sabes que no me interesa... — Le contestó de manera frívola y cortante, de nuevo. Odiaba que Lila la estuviese manipulando a cada momento para poder codearse con los chicos mas guapos y las chicas mas geniales.
La muchacha se deshizo del "abrazo" de la pelinegra y se dirigió a otro de sus inmensos sillones, echándose completamente en este pensando en diversas cosas que pasaban por su cabeza, de alguna manera estaba cansada, su mente sólo daba vueltas y no podía relajarse en lo absoluto. Comenzó a sentir unas ganas de vomitar y un revoltijo en el estómago horribles, así que para no pasar la mayor vergüenza del momento vomitando en frente de todos, corrió hacia el baño más cercano con una mano empuñada presionándola contra sus labios y se encerró, aferrándose al blanco inodoro de este para comenzar a expulsar ese repugnante líquido que venía de su estómago.
( • • • )
— ¡ERES UNA DESGRACIADA! ¿¡COMO TE ATREVES A TRAERME PROBLEMAS DE ÉSTA MANERA!? — se le oía gritar a una mujer.
— Ya guarda silencio y cálmate...Sólo fué una pequeña fiestecita — La chica rodó los ojos, restándole total importancia a los regaños que iban hacia ella.
— ¡¿QUE ME CALLE?! ¡¿CON QUIÉN CREES QUE ESTÁS HABLANDO?! ¡¿CON UNA DE TUS AMIGUITAS?! ¡NO CREAS QUE POR SER FAMOSA PUEDES HACER LO QUE SE TE DE LA REGALADA GANA NIÑA DEL DIABLO! — La muchacha, con un aura de despreocupación y rebeldía total se fue alejando lentamente de la mayor —...¡HAZME CASO MALDITO ACCIDENTE! ¡POR ESTO ME HACES REPUDIAR TU EXISTENCIA! — le gritó esa mujer de nuevo a la menor.
Ella paró en seco, contuvo las lágrimas que deseaban salir de sus vidriosos orbes, pero logró evitarlo soltando una pequeña carcajada y volteándose a ver a la que anteriormente le había gritado tal barbaridad con una sonrisa engreída y victoriosa por sólo pensar en lo que le iba a responder.
— Simplemente le estoy dando la importancia que se merece y ya.— Escupió esas palabras de la manera mas fría posible.
— ¡YA ME TIENES CANSADA! — Gritó la mujer, de nuevo, notablemente cansada de gritarle a la joven a la cual le tenía un enorme desprecio.
— Y tu a mí...— El resentimiento y desprecio era mutuo entre ambas féminas — yo...
— ¡NO LO DISCUTIRÉ MÁS ! ¡ME HE AGUANTADO DE DEJARTE EN ADOPCIÓN AÚN CON LOS 15 AÑOS DE EDAD QUE TIENES! ¡PERO YA NO LO SOPORTO MÁS! — respiró un poco — ¡Te enviaré lejos de aquí!
— ¿Para donde piensas "enviarme lejos de aquí" eh? — le miró.
— ¡Ese no es tu asunto!
— ¿Sabes? Yo misma me voy de este lugar, tengo todo lo que necesito, dinero, madurez y edad para sobrevivir en un lugar lejos de ti mujer...Tú eres quien me carga frustrada...— Y fue cuando se dió la vuelta y a trote veloz subió a su habitación a sacar su ya previamente organizado equipaje que yacía debajo de su cama, entre lágrimas y sollozos, logró terminar de empacar todo lo que restaba en su habitación y abrió el gran ventanal que le daba visión hacia el exterior de su hogar, y salió bajando por las pequeñas escaleras que daban hacia el frondoso jardín. Estaba lloviendo, hacía frío y ella no estaba muy contenta con su decisión, pero tampoco con su vida cuando cerraba la puerta de su casa.
Sin embargo, aún estando empapada logró llegar a un terminal de autobuses cercano a la zona, y mientras se colocaba una capucha para evitar resfriarse y buscaba su identificación falsa por si las moscas, pensaba a que lugar podría llegar y comenzar de nuevo su vida como una chica normal, al menos, por un tiempo mientras organizaba sus ideas y mejoraban tanto ella como su madre su estabilidad emocional.
Rápidamente, se le vino a la mente su primo Luke , a quien le tenía un enorme aprecio y con quien conservaba una gran amistad, eran como un par de hermanos, aún cuando desde pequeños parecían perros y gatos; su padre lo envió a Bellwood con su madre cuando tenía 13, sin embargo, su madre falleció y terminó viviendo "solo" en aquel pueblo. Por fortuna, uno de sus tíos paternos era el dueño de la disquera con la que trabajaba su prima en su carrera musical, y al tener su total custodia y mantenerlo lo convirtió, aún siendo tan joven, en mánager de algunas estrellas famosas de la música y del cine, le enseñó todo lo que sabía sobre ello y comenzó a trabajar junto a él.
Ella comenzó a recordar aquello con bastante nostalgia, y entonces fue así como lo decidió.
¿Adivinen quién iría de visita a Bellwood.?
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ILLOGICAL (Ben Tennyson y Tú)
Fanfiction(A L E R T A: Si eres un fanboy de B10 ardido y totalmente asqueado e intolerante al romance de superhéroes y cursilerías, sin darte el tiempo si quiera de leer te va a salir el tiro por la culata. Por favor, retírate por donde viniste en son de paz...