Queridísima audiencia:
Esta parte de la historia será más corta para darle más dedicación a las otras obras pendientes para este especial de Julio de Puzzle.
Me encantaría que siguiéramos juntos estas divertidísimas historias.
Sin más, los dejo en esa segunda parte.
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El siguiente semestre, será exclusivo para las prácticas de ciencias exactas, Atem, se encontraba demasiado entusiasmado con la idea de salir de viaje, y más para explorar el mundo junto a Yugi, que ahora en secreto, salían a petición del menor.
Se volvieron inseparables, casi, como cuando Tea y Yugi pasaban tiempo juntos. Al tiempo, Tea comenzó a salir con un chico de Tes morena, alto y de melena larga y un tanto oscura. El chico era de una clase de ella de idiomas extranjeros, y al pasar al siguiente semestre, pudieron coincidir.
Aquella tarde, se había hecho demasiado larga ara todos, era el examen de aptitudes y se debía obtener una puntuación excepcional. Sin embargo, habían estresado demasiado a los muchachos, en especial a Yugi.
Era bastante difícil resolver cosas en braile, y aún más si se trata de ciencias exactas y hacer cálculos, pero nadie se había tomado la molestia de pensar un momento en la situación de Yugi. Aunque se sentía más capacitado para llevar una vida normal, las personas no siempre fueron tolerantes con él.
Al salir de la prueba, Yugi esperó a que Atem guardara sus materiales y se pudieran ir a casa, se sentía casado y quería llegar lo más pronto a casa.
-¡hey!- Musitó Atem al salir del salón-¿Estás bien compañero?
-EH Sí, gracias ¿Podemos irnos, ya?- Atem sonrió.
-Claro, ¡Vámonos antes de que te confundan con un panda! (Referencia a Cardgames4ever)
-¿un panda?- Yugi confundido y astiado, replicó segundos después- ¿Por qué un panda?
Atem, se acercó a su oído, sin respetar su espacio personal- Por lo tierno que eres!- besó su mejilla tiernamente, provocándole un leve sonrojo y una pequeña sonrisa.
-Basta!- exclamó el menor y lo apartó un poco, después tomó su brazo y pidió que lo llevara a casa a descansar.
-¡vamos entonces!- Pronto, ambos tricolores tomaron rumbo a la casa de Yugi, entre pequeños jugueteos tiernos y balanceos torpes, Atem en un arranque de ternura, cargó a Yugi como una dulce princesa de cuentos, y así lo llevó hasta su casa.
-¡Detente!- Rogó el tricolor- ¡Alguien podría vernos!- Atem se detuvo un momento. Lo bajó de sus brazos y serenó su rostro.
-¿pero qué te preocupa? Sólo hago y digo lo que siento, sin preocuparme de nada, porque estoy seguro de lo que he decidido hacer...- Yugi se detuvo en seco.
-No tengo miedo a que nos juzguen ni nada de eso, solo que, no sé, supongo que que eres de lo más atractivo y muchas chicas mueren por ti y yo, que no.. no puedo verte...
-¿qué tiene que no me puedas ver?- Atem resonó con una voz desagradada.- tú no eres mejor ni peor que los demás...
-¿qué?- Yugi se sintió atacado- Bueno, nadie es perfecto, igual esto nunca lo esperé...
-Dis... discúlpame no quise decir- Atem se dio cuenta tarde de lo que le había dicho, sí, obviamente no era nada adulador lo que le había dicho, sin embargo el reproche le ganó un segundo.- Perdóname...
-No, dices lo que sientes ¿no?, agradezco tu sinceridad.- Atem lo tomó de la mano y continuaron caminado. Al llegar a casa de Yugi, ninguno se dijo nada, Atem buscaba las palabras para retractarse una vez más.
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No te puedo ver, pero te amo.
Short StoryYugi es un chico de 16 años que, desde que es un bebé, ha sido ciego. Sin embargo, su vida es feliz, con su mejor amiga, Tea, las clases resultan ser sencillas. A mediados del curso, llegó un chico nuevo, que venía de los países bajos; su nombre de...