W O W

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WOW

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel, AU, Steampunk, Shifter creo le dicen.

Pareja: Stony, por supuesto.

Derechos: Seguro, y yo soy la Reina de Inglaterra.

Advertencias: alguna vez unos científicos escucharon una señal proveniente del espacio que pusieron WOW por una anotación folklórica, aún no se sabe de qué es. Una mera anécdota que se une al cumpleaños del Capitán América y mis ganas de escribir de estos universos. Locuras mil, revoltijos un millón.

Pero gracias por leerme.




La sangre brotó en forma de arco que se perdió en el viento junto con las alas de Peggy cuando los cazadores le alcanzaron, arrancando no solo sus plumas sino también a la que se adherían. Steve gritó, gritó con todas las fuerzas que pudo mientras volaba en ascenso penoso pues él mismo tenía sobre su espalda un par de cazadores tratando de mutilarle igual que a su esposa. El sol moría en el horizonte con sus rayos rojizos cobre coloreando las gruesas nubes de una tormenta comenzando a formarse, con el viento frío cual mudo testigo de la matanza en los aires. Garras infames destruyendo con lujo de violencia el cuerpo de su amada cuyos gritos fueron perdiéndose en el aire hasta que finalmente su cuerpo fue partido en varios trozos por aquellos infames. Steve no les tuvo compasión, ni siquiera supo cómo fue que terminó en medio de la parvada, lanzando picotazos y aletazos hasta que su propia armadura de protección cayó al océano frío. Los primeros copos de nieve comenzaron a caer con la última luz de un sol moribundo en el horizonte cuando Steve voló hacia él, dejando atrás los cuerpos que fueron cayendo sin vida de los cazadores, llevando en su pico la única pluma color café de Peggy y los ojos inundados de lágrimas. No había raciocinio en su mente, solo el deseo de morir, así que voló y voló hasta que sus alas se fracturaron por el esfuerzo, cayendo en picada a un manto de hielo recién formándose que le sepultó con la promesa de una muerte segura. Steve cerró sus ojos con la imagen de su hermosa esposa en mente, recibiéndole al llegar a casa.



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Tony no esperaba encontrar vida alguna en aquella parte del polo, mucho menos cuando Rhodey le había jurado mil veces que lo único interesante serían los tardígrados congelados en el hielo en espera de un cambio en el eje del planeta que cambiara el clima y les descongelara. Bueno, eso iba a tardar unos millones de años más así que por el momento el único calor recibido sería de sus propulsores excavando para tomar muestras de esos hielos eternos, llevarlos sanos y salvos a casa e intentar una vez más comprender la extraña evolución de la vida en el mundo. Así que enorme fue su sorpresa cuando Jarvis, su autómata inteligente y servicial que le cuidaba de sus múltiples como cotidianos descuidos, le avisó de una forma de vida congelada metros bajo el punto de excavación del castaño, quien primero creyó sería algún fósil que su autómata confundiera con un ser vivo, pero estaba en lo cierto. Un águila enorme, al menos del tamaño de un niño, yacía durmiente en el hielo como si una mano lo hubiese atrapado ahí.

-Wow -fue lo único que pudo decir.

-¿Le pondremos Wow al espécimen? -preguntó inocentemente Jarvis con su voz mecánica.

-Seguro.

El águila Wow parecía haber sufrido alguna clase de ataque muy salvaje, su cuerpo tenía plumas viejas que cubrían unas nuevas que parecieron nacer mientras dormía en el hielo, pero tenía rastros de cicatrices que Tony no quiso imaginar cómo fueron producidas. Era un espécimen hermoso, sin duda alguna, con un cuerpo fuerte de plumas azul oscuro, un pecho blanco, unas bandas blancas y amarillo claro cruzando de punta a punta de sus alas por su espalda. Sobre el pico amarillo tenía una marca producto de lo que suponía fue su caída al hielo, que le dejó una forma de estrella en el hueso. La envergadura de sus alas era de cinco metros, aproximadamente, con ese metro y casi medio de altura. Tony lo extrajo en su hielo protector, lo puso en una cámara hermética para llevarlo a su laboratorio y ahí terminar de examinarle. Al diablo los tardígrados, eran inmortales así que otro día iría por ellos.

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