indiferencia

29.9K 2.3K 1.4K
                                    

Hasta su tercer año, Yoongi había logrado financiar un departamento fuera del campus, había vivido en completa soledad y las cosas habían ido bien de esa manera. Pero ahora, se veía obligado a volver a las residencias, aceptar una beca y vivir precariamente en una habitación que apenas alcanzaba para dos camas pequeñas, un sofá andrajoso –que suponía era de su aún no conocido compañero de cuarto –y un televisor y play station con apariencia de tener demasiados años encima para verse funcionales.

Dejó en un rincón su cámara, metió bajo la cama algunos de sus preciados equipos de sonido, y se dispuso a poner la ropa en el closet.

Odiaba, odiaba cada segundo en este lugar. Así que ignoró de lleno los mensajes de Namjoon, y se concentró en tratar de hacer el lugar habitable, antes de que llegara el otro ocupante del lugar y se interpusiera en su camino.

Una vez que terminó de poner su ropa, miró la cama contigua. El lugar estaba vacío, aún no llegaba nadie y de alguna manera lo agradecía. Apreciaba tener unos momentos solo para acostumbrarse a su nuevo "hogar".

Y rezó, rezó por mucho que no fuera creyente, para que su compañero de cuarto no fuera un friki, que no tuviera hábitos raros o decidiera traer a su novia cuando él estuviera presente, porque Dios sabía que eso no iba a terminar bien. Odiaba las demostraciones de afecto públicas, menos si al tipo se le ocurría tener demostraciones de afecto "privadas" en el sofá, o alguna superficie del cuarto.

Decidió leer los mensajes de Namjoon una vez que todo estuvo puesto en su lugar, y abrió de golpe la puerta sin apartar la vista del aparato.

En dos segundos, se encontraba en el piso, con una cesta de ropa encima, un dolor punzante en la frente y casi estaba seguro que el cuerpo de alguien estaba aplastando el suyo.

—¿Qué demonios? – susurró Yoongi contra alguna prenda de ropa en su boca, sus brazos apresados por el peso del extraño y sin poder liberarse.

—Maté a mi compañero de cuarto – escucho la voz de un chico, mientras el peso desaparecía rápidamente.

Yoongi, con toda la paciencia del mundo, se sentó y quitó la sudadera que había caído sobre su cara. ¿De verdad las cosas tenían que salirle así de mal? Miró al chico sin expresión alguna, conteniendo el instinto asesino. ¿Qué tan torpe se tiene que ser?

—¿Yoongi? – dijo el chico de extraño pelo naranja, con las mejillas completamente rojas y los ojos pegados al piso.

—¿Tu eres?

—Oh, déjame ayudar – dijo el chico, tomando su brazo y levantándolo sin que pudiera negarse – Soy Jimin, y lo siento mucho, tenía muchas cosas, y no pude ver, y...

—Vale – dijo Yoongi soltando un suspiro y cortando el balbuceo del contrario — ¿De qué año eres?

—Primero – masculló.

—¿Y estas cosas? – señaló al viejo sofá.

—Oh, las traje ayer por la tarde – mencionó y se quedó en silencio – Pero si te molesta podemos sacarlas, Taehyung puede dormir conmigo cuando se quede, y si es problema el espacio...

—¿Quedarse a dormir? – Yoongi no estaba entendiendo nada — ¿Quién es Taehyung? – y fue consciente que su tono de voz no estaba siendo amigable en lo absoluto, pero entre menos gente hubiera en el lugar, menos sofocante. ¿Además el chico tenía novio?

Ósea, entendía que en la Universidad estas cosas eran normales, sobre todo en la Universidad de Artes Liberales, pero de todas maneras lo hacía sentirse de alguna manera rara que el chico lo hablara tan abiertamente.

fall boys room talk// ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora