Capítulo i: Zeus

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Jungkook observo detenidamente la vitrina, hacia dentro, admirando a las adorables criaturas que le ladraban anhelando por unas caricias y dulces palabras. Le hubiera gustado llevarse uno a casa; los pug siempre le parecieron adorables, con su naricita pequeña, su piel arrugadita y todo; pero no tenía la estabilidad económica para mantener a una mascota de cualquier tipo.

Se disculpó mentalmente con los perritos que se amontonaban en la vitrina, enderezo su caminar y siguió el recorrido hacia su casa. En la esquina de la avenida espero la luz verde para poder cruzar al parque central – un pequeño desvío que siempre tomaba – y así​ llegar a su casa en una pequeña y acogedora calle.

Las hojas de los árboles crujían bajo sus inseparables timberland, y su sonido otoñal quedando aplastadas bajo el bullicio de la ciudad.
Trato de no apresurar el paso y disfrutar lo más que podía de tan encantador clima. Los árboles estaban quedándose sin follaje, pues el invierno estaba a la vuelta de la esquina; hoy especialmente el clima estaba como a él le gustaba. El cielo gris y topado de nubes, pero sin llegar a ser nubes de lluvia, junto a una brisa cálida. Ese clima en específico le fascinaba, aunque sus amigos lo tacharán de loco.

Ese momento era sin lugar a dudas, lo que Jeon Jungkook buscaba luego de un agotador día en la universidad; y lo seguiría siendo de no ser porque escucho pisadas detrás suyo a la lejanía, ágiles, rápidas y ligeras. Por instinto debía darse vuelta, pero no quería – no es como si tuviera miedo, obviamente –, tal vez no era nada importante. Un fuerte ladrido le hizo voltear a ver, a la par que un perro grande y negro se le tiraba encima hasta botarlo al suelo. El animal le empezó a morder el brazo, tironeando con los filosos dientes la manga de su sudadera negra. Jungkook intento separar al animal empujando su mano libre contra el hocico del perro, en un intento de liberarse.

— ¡Zeus!

Un gritó lo impulso a levantar la mirada e intentar ver quien era. Rezaba y quería que fuera el dueño del perro​ que le estaba rompiendo la manga de la sudadera – también le hubiera gustado que no fuera su sudadera favorita –.

— ¡Zeus! ¡Perro bobo! ¡Detente ahora mismo!

Y como por arte de magia el monstruoso animal dejo su manga en paz, sentándose a su lado uniformemente, como si no hubiera pasado nada.

Ahora sí tuvo tiempo para ver al aparente dueño del perro.

Y valla la sorpresa que se llevó al ver a un chico bajito, de mullidos cachetes, ojitos adorables, un pomposo cabello rosa y de labios hechos por el mismísimo diablo; rojos, carnosos y apetecibles.
El chico se arrodilló frente al perro y tomo su cabeza dulcemente, mirándolo con un puchero y diciendo cosas como "perro bobo, mira lo que has hecho" y "Chanie nos regañara", para que el perro le lamiera la cara juguetonamente, como si tratara de enmendar su error.

El chico rosa se dirigió hacia Jungkook, quien seguía en el suelo observando​ la escena.

—Santo cielo, mira cómo quedó tu sudadera — se lamento. Se acercó a él tomando entre sus pequeñas y lindas manos su brazo con la tela rota — Déjame enmendar los que mi perro le ha hecho a tu linda ropa.

Jungkook no le estaba poniendo atención, como si su voz estuviera lejos y se oyera distante. Su mente estaba en blanco, y solo podía pensar que ese era el chico más lindo que jamás hayan visto sus ojos.

—Soy Park Jimin — Se presentó, sonriendo a tal punto de que sus ojos se achinaran y parecieran unas tiernas medias lunas. Muy lindo — Y este bobito de acá es mi perrito Zeus.

Explicó acariciando la cabeza del perro, el cual no era un perrito. Debía medir más de medio metro, y eso era bastante para un perro.., o para Jungkook que gustaba de razas más pequeñas.

Le costaba entender qué tal bestia era mascota de ese dulce chico.



Cualquier error en el capitulo lo revisaré después 🙆🏽

A las personitas que votaron y comentaron, gracias y mucho amor 🔮〰🔮✨❣️💕

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2017 ⏰

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De caninos y huellas rosadas; Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora