Parte 1 Capitulo único.

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Un pequeña Gin de 6 años corría emocionada al encuentro de hermano mayor. Llevaba una hoja de papel en la mano, un regalo para Ryunosuke. Tan preciado el objeto para ella pero no se daba cuenta que sus movimientos desesperados arrugaban el papel. Busco a su hermano en su cuarto, no estaba, en el patio tampoco. Le grito y no recibió respuesta. Lo único que le quedaba era llorar.

Casualidad, el mayor apareció casi al instante de estallar en llanto la pequeña.

-Estaba en el sótano.-aclaro una vez la niña se calmó. Fijo su vista en el papel que traía su hermanita, esta sin dejar de gimotear se lo entrego.

-U-un..di..dibujo...p-para Oni-chan-logro decir limpiándose las lágrimas y aspirar hondo. La expectativa la embargo al ver a su hermano hipnotizado por su dibujo.

Era tan hermoso que tuvo que dudar de que en realidad su pequeña hermana hiciera tal obra de arte. O ¿solo él lo consideraba así? Después de todo era su preciada hermana, como no creer que sus creaciones eran fantásticas. Pero seis años e hizo eso No podía ser amigo de ella, el dibujo mostraba a un chico casi de sus misma edad, podía suponerlo por las facciones. Cabello claro y asimétrico con un mecho negro a un lado. Lo que más le gusto fue la combinación de colores en los ojos. Era lo único que llevaba color, todo lo demás era en blanco y negro. El chico plasmado bien podría ser rubio o castaño claro no lo sabía.

-¿Por qué la expresión?-pregunto a la pequeña que observo el dibujo como si no hubiera sido ella quien lo hizo.-Seria más hermoso si estuviera sonriendo...-dijo y por alguna extraña razón se sonrojo levemente. Apenas un pequeño rubor que oculto con una fingida tos, Gin era demasiado persuasiva e inteligente. Y ahora como una gran artista se descubría.

-Esta aburrido de estar ahí.-dijo la niña inocente señalando la hoja de papel. El mayor asintió recordando que su hermana es solo niña, y como tal tiene bastante imaginación. De repente la cara se le ilumino a la pequeña, una expresión que Ryunosuke conocía bastante bien y no le agradaba nada. Algo loco tenía en mente Gin.

-Oni-chan...-llamo la pequeña alargando demasiado las palabras y en tono cantarín. Ryu espero a que dijera algo más.

-¿Te gusto mi dibujo verdad? Mucho...-dijo lo último a modo de afirmación y no pregunta.

-Es precioso.-respondió al instante sin pensar. Poniéndose nervioso por decirlo, que un dibujo lo ponga así es estúpido y raro. Nuevamente se excuso diciéndose que es porque Gin lo hizo, la ama a ella no al chico del dibujo, corrección, al dibujo.

-Atsushi es un príncipe que fue encerrado en ese papel por una malvada bruja...-relataba la pequeña como si ella fuera la hermana mayor contándole a su hermano el cuento en turno para dormir, justo como Ryunosuke hacía con ella.

-¡Así que Oni-chan, debes besar a Atsushi para liberarlo!-dijo totalmente emocionada sino es porque no alcanzaba ella misma pegaba el papel en la cara de su hermano.

El mayor de los Akutagawa anoto mentalmente no volver a dejar a Gin a cargo de Higuchi, quien sabe que cosas le estará enseñando la rubia. Regreso su vista a los ansiosos ojos de su hermanita, su cara amenazaba con deformarse en desilusión, suspiro derrotado. Tomo el dibujo de vuelta, lo miro varios segundos que a la niña le parecían eternos, pero realmente estaba fascinado, amor a primera vista podría considerarse, amor a un dibujo.

Eso solo eso, un dibujo. Pensó Ryunosuke acercando el papel a su rostro y pegar sus labios justo donde está plasmada la boca del "Principe Atsushi". El papel se le fue arrebatado de repente, Gin salió corriendo rumbo a su cuarto, el mayor volvió a suspirar por la situación tan extraña, así lo sentía, algo mágico e aquel dibujo le hacía sentirse de esa manera, regreso a sus deberes con el corazón queriéndole salir del pecho.

Al siguiente día, Ryunosuke le pidió a Gin que le mostrara su dibujo del día anterior, ella le respondió que no podía, no lo encontraba. La niña no quiso dormir hasta encontrar su dibujo, más porque su querido hermano dijo que deseaba verlo de nuevo, quería hacerlo feliz como el la hace a ella, pero triste tuvo que ir a la cama.

Otro dia llego, un nuevo amanecer en el que el sol despertaba a el mayor de lo Aktugawa con un golpe de luz en la cara. Se removio con dificuktad por un peso extra encima, aun dormido pensaba que era Gin. Pero ese bulto era más grande y pesado que su hermanita, abrió rápido los ojos encontrándose que aquella hermosa mirada bicolor del dibujo de su hermana. Al instante se dijo que seguía dormido, realmente debía estar loco por estar soñando con un dibujo y darle cuerpo físico, sintiendo tan real su peso, su mirada y esa sonrisa que pensó se vería mejor que aquella expresión de informidad. En verdad se sentía tan real.

-Gracias, Akutagawa-kun... por liberarme.-dijo aquel chico de sus sueños acercándose a él y uniendo sus labios en un beso. Un tacto tan suave que le confirmaba que estaba soñando. Si era eso, ¿podía sucumbir a la locura del mundo de los sueños?

No dejo ir al chico, lo tomo de la nuca profundizando el beso. El albino, ahora sabía de qué color era su cabello, le correspondió abrazándolo por el cuello. Se separaron por falta de aire, ambos sonrojados y sin soltarse. Akutagawa iba a iniciar un nuevo beso pero alguien llego a interrumpir con grito. Gin entro a su cuarto sin tocar, o no la escucho. Ryunosuke olvidándose de que era un sueño reacciono como tal, terminando en el suelo y con dolor. Eso debió despertarlo, pero el chico albino seguía ahí con esa hermosa sonrisa.

Gin estaba impresionada, maravillada y asustada también. No era un sueño. Atsushi era real. El dibujo realmente cobro vida. ¿Fue por el beso? Como en el cuento de la rana que se convertía en príncipe. Un beso de amor, eso significaba que amaba a Atsushi, un dibujo.

No, ya no es un dibujo. Puede amarlo con total libertad, desde el primer momento que lo vio ya lo amaba.

Amor a primera vista... de un dibujo.Where stories live. Discover now