Él me miró. Tenía los ojos grises y una mirada penetrante. El pelo castaño, peinado en tupé.
No medi cuenta de que me lo había quedado mirando hasta que pasó un hombre por milado, aparentemente con prisa, y me tiró el café encima de mi portátil, dondeestaba escribiendo para mi web. Me levanté precipitadamente tratando de secarel café derramado sobre mi teclado. Cuando logré limpiar todo el café y measeguré de que el ordenador funcionaba, me giré casualmente encontrándome conun cuerpo atlético. Levanté la mirada y me volví a topar con esos ojos grisesprovocando que mi pulso se acelerara. En ese momento me di cuenta de su cara dedolor mientras se frotaba un brazo. Mipulso se paró. ¿Le habría golpeado al tratar de secar el café del teclado?Cuando le volví a mirar él sonreía y cuando vio mi cara de sufrimiento se pusoa reír. Cogí mis cosas rápidamente, sin volverle a mirar, muriéndome de lavergüenza. Salí de la cafetería como si mi vida dependiese de ello, y una vez,de camino a casa, deseé no volverle a ver NUNCA�(Zǎ�=
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Ya...........No sé
RomanceKian, el chico más prepotente y engreído de todo el instituto, pero aun así no me pude resistir. Yo, una chica tímida, de las típicas que se sientan a final de clase para que nadie reparé en ellas, con tendencia a la torpeza y una gran habilidad par...