Mi querido despertador no paraba de sonar, lo odiaba, lo odio y lo odiaré siempre. Lo apagué de un manotazo y me puse en pie, tenía una estraña sensación, algo bueno iba a pasar hoy. Me duché, hice mi cama, me vestí y finalmente bajé a desayunar. Gracias a dios hoy solo estaba mi madre, mi padre tuvo que irse antes a trabajar. Tras tomar una manzana y comérmela, fui a por el casco y subí a la moto, tendría que arreglarla, esa zorra la dejó hecha mierda, en fin luego tendrá su merecido. Encendí la moto y fui al instituto, el viaje fue tranquilo, como todos los días. Llego al instituto y dejo la moto en el lugar de siempre, miro el reloj y me doy cuenta que llego tarde, genial.
Tras tres horas mortales de clase, y una buena regañina del señor Piedra, al fin tenemos recreo, genial, no tenía a nadie en ese instituto, solo estábamos mis libros, mis auriculares y yo. Me senté en la última mesa de la cantina, estaba vacía, que mas daba, saqué mi libro y me puse mis auriculares, Shape of you sonaba a todo volumen. Estoy leyendo mi querido libro El beso el infierno, cuando alguien me lo quita y otro alguien me quita los auriculares, juro que como sea la zorra de ayer le arranco las extensiones. Me giro lentamente y en efecto, es ella.
- ¿Ahora que quieres?- espeté furiosa.
- ¿Aún no lo sabes?Quiero este libro, hace tiempo que lo ando buscando, pero no lo encuentro- dijo la sin nombre, realmente tengo que averiguar su nombre.
- ¿Has pensado buscar en una librería?- ella negó con la cabeza. No estaba de humor- me lo esperaba con las pocas neuronas que tienes seguro que no sabes lo que es una librería.
-¿Qué has dicho?- tenía la cara roja, esto me estaba empezando a gustar.
Ella esperaba que fuese una nerd y que me quedase calladita para no causar problemas , pues entonces está muy equivocada.
- Además de tonta, sorda, ¿algo más?- negó con la cabeza, se ve que le ha comido la lengua el gato,tenía que respirar hondo para no reír- vale pues ahora si no te importa, me das mi libro, mis auriculares y te apartas de mi campo de visión.
Hasta ahora no me había dado cuenta de que alguien se había sentado a mi lado y que todo el mundo estaba atento a nuestra pequeña pelea. Tras decir la última frase la cantina estalló en risas. La gatita y sus pequeñas secuaces se fueron de la cantina y no las vi en todo el día. Después de otras tres horas de infierno y de haber hablado con el chico que estaba a mi lado, me fui directa a mi moto, cuando iba a ponerme el casco alguien me toca el hombro, me giro y es el chico con el que he estado hablando.
-Hola de nuevo- dijo. ¿Estaba nervioso? No creo.
-Buenas, no nos hemos presentado antes, soy Inés- dije, quería romper el hielo.
- Diego, encantado.
-Bueno y ¿eres nuevo?
-Sip, acabo de llegar de las afueras de Madrid.
-¿QUÉ?
-¿Qué te pasa estás bien?- preguntó asustado.
-Sí,sí, solo que al fin conozco a alguien que también es nuevo y encima de Madrid.
- Bueno pues encantado, me tengo que ir , adiós Inés.
-Adiós Diego.
Ese nombre me sonaba demasiado, tendré que llamar a Alex e investigar. Hablando del rey de Roma, mi móvil empieza a vibrar, Alex me está llamando.
Alooooooo
- Al fin llamas idiota- dije con una sonrisa boba, menos mal que no me ve- ¿a qué se debe esta agradable sorpresa?
Bueno... ejem, estoy pensando hacerte una visita a Barcelona, pero no tengo donde quedarme y teng...
-Te puedes quedar en mi casa, de hecho, no . TE QUEDAS EN MI CASA- le interrumpí, estaba gritando de la emoción.
Casi me dejas sordo lagartija, entonces el sábado estoy allí, te quiero enana, recuerdos y hasta pronto.
-Adiós idiota, y recuerdos a tu mamá- dije y colgué.
Después de esto me di cuenta que Alex es como mi hermano, es genial nuestra amistad y nunca la quiero perder. De camino a casa recordé que esta mañana me desperté con que algo bueno iba a pasar. He aquí la respuesta, ALEX VIENE EL SÁBADO. Aún no me lo creo
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Todo lo que nunca te dije...
Romantik¿Una chica se puede enamorar de su mejor amigo? Obviamente, sí, y este es el caso de Inés. Tras pasar meses separada de su mejor amigo, se dió cuenta que no podía pasar ni un minuto sin él. El destino hizo uno de sus juegos e Inés no tuvo la posibil...