Declaración de amors

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N/A: Hola k tal, de nuevo yo después de dos años de inactividad lol

No esperen nada de este drabble, ni siquiera una continuación porque la neta no es seguro si seguiré posteando estas babosadas(?). Pero, si les gustó esta cochinada, se los agradezco con el cora y dejen algún comentario (si es alguna crítica constructiva pos mejor, aunque no me tomo en serio por escribir y es un simple pasatiempo me servirá para redactar mejor cx) sobre el drabble -si rifa o nel :v- 

Saru se despide, que tengan un lindo día/tarde/noche *se escabulle en la basura*

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Pedro respira profundo varias veces y mantiene la mirada fija, tratando de mostrarse lo más seguro posible.

—Martín, tengo algo que decirte...—  murmura serio, manteniendo su postura — He sido embrujado y ahora soy puto por ti.— dicho esto, permanece en silencio por varios segundos, hasta que suelta un bufido y se cubre el rostro con ambas manos, como si estuviera escondiéndose.

Claro, escondiéndose de su propio reflejo del espejo que tiene en su habitación.

 —Que estúpido... — susurra y vuelve a mirarse —Martín, no soy Pedro; soy Pepe el toro. Y soy inocente... — lloriquea. Sí, de todos los intentos este último sonó ridículo (besar su propio reflejo también lo fue pero no lo toma en cuenta)    — Nooooooooooo, ¿por qué es tan difícil? — se dirige a su cama y se recuesta boca bajo. Escucha el sonido de la puerta abrirse, pero no se mueve de su lugar. Seguramente es su hermana quien viene a regañarlo por sus babosadas.

—¿Vas a seguir diciendo tonterías al espejo o vas decírselo? — Pedro responde con un gruñido e Itzel suspira — Como te encanta complicarte la vida...— murmura a modo de reproche. Escucha los pasos de su hermana alejarse y ahora Pedro es quien suspira. Se acomoda de lado, en vista a la pared.
Al poco rato, su chihuahua sube a la cama también y se acerca hacia él. Debió haber entrado en cuanto Itzel abrió la puerta.
Pedro toma a su pequeño amigo y lo mira fijamente.
—Martín, estoy enamorado de ti. ¿Te gustaría salir conmigo?— el pequeño perro comienza a lamer su nariz juguetonamente — Agh, ahora no, Chihuahua... —lo aleja y se limpia con el dorso de su mano.
— Che, ¿no te gustaría decírselo al Martín de verdad?
Pedro permanece quieto en su lugar y después mira hacia donde provino esa voz conocida.
—¿M-Martín?
El aludido suelta una risita al ver al castaño tan rojo de la cara.
—Tu hermana me pidió que viniera porque estabas... eh, ¿enfermo?
Pedro maldice internamente a su hermana por haberlo llamado tan pronto. ¡Aún no estaba listo!
Abre la boca para decirle algo, pero no logra articular alguna palabra. Como si estuviera mudo.
Martín se percata de eso y se acerca hacia él, cosa que al pobre mexicano no le pareció buena idea.
—Y-yo... Eh... B-bueno yo...   — Pedro comienza a balbucear, pero es interrumpido por unos labios ajenos sobre los suyos, en un corto beso.
—Si, me encantaría salir con vos... — murmura suave el argentino.
El castaño parpadea varias veces, un tanto incrédulo, mas a los pocos segundos reacciona y le sonríe.
—¿Lo dices en serio?
El rubio se encoge de hombros y asiente. Logra notar el ligero rubor en sus mejillas y Pedro se siente un poco aliviado al no ser el único.
—Como no decías nada... Pensé que sería yo el que lo dijera... — ríe un poco y Pedro lo vuelve a besar como respuesta, esta vez con más confianza.
No sabe qué mierda acaba de ocurrir, pero le alegra que haya terminado así.


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⏰ Última actualización: Apr 05, 2018 ⏰

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