Parte única

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  Anochecía nuevamente en la ciudad de Tokyo. Los negocios de las calles iluminaban las aceras y los postes de luz prendían sus destellantes bombillas.


Por aquellas calles, un joven gato subió a un tejado de los edificios que había ahí. Claro, lo hizo en el techo más bajo, y ascendió hasta llegar a la cima de un gran edificio, que le permitió observar la ciudad brillante en su gran esplendor.



Pensaba ir a la zona donde se encontraban las casas lujosas y las más refinadas mascotas. Un lugar donde no encajaba un gato callejero como él.
Pero, ¿por qué aquel gato iría a ese lugar? Tenía una respuesta.


Hiroki Kamijou, un gato doméstico que vivía en esa zona.



Nowaki Kusama era un gato joven de ojos azules. Fue abandonado desde su nacimiento, por lo que aprendió a sobrevivir por su cuenta en la ciudad.



Solía ir a buscar comida en los basureros de aquel zona, pues la gente que vive ahí tira grandes cantidades de comida ¡y en buen estado!
Nadie se la come, y los gatos de esas residencias ni siquiera pensarían en acercarse a los basureros. ¡Asi que había que aprovecharlo!



Pero fue en uno de sus muchos "robos", que se topó con Hiroki. Un gato de pelaje café y ojos color miel... y doméstico.
Lo observó desde la ventana, contemplando el exterior de su casa. Como si deseara conocer afuera, como si desease salir...


Ese gato había cautivado a Nowaki, que con emoción, se las arregló para llegar hasta la ventana y observar de cerca al minino castaño.
Ahí se dio cuenta que esa ventana pertenecía a la habitación de un rico adolescente. Se asomó y pudo apreciar como el chico de cabellos plateados entraba al cuarto y saludaba con cariño al gato, que a su vez correspondía el afecto de lo que parecía ser su dueño.


Desde ese día, Nowaki había empezado a frecuentar la vivienda; asomándose con discreción por la ventana y tratando de recopilar la mayor información que pudiese del castaño.


Gracias a ello supo su nombre, Hiroki Kamijou, y una parte de la vida que tenía.
A veces notaba como el oji miel miraba a través de la ventana con ojos nostálgicos. Como si quisiera conocer el mundo fuera de su hogar...


Esa noche era especial, porque iría a buscar al gato que hacía palpitar su pecho. Hablaría con él, por primera vez...
Le haría saber los suspiros que en él provocaba, y los sueños que le hacía tener.



Ya estaba listo, incluso había invitado a algunos de sus compañeros gatunos para que lo animaran.
Y si no podía conquistarlo, al menos quería conseguir sacarlo de esa prisión doméstica. Hacer que lo acompañe y conozca el mundo que tanto observa desde la ventana.


(A partir de este punto, pueden poner la canción)



Ah! It's a wonderful cat's life



Con cautela, llegó hasta la ventana donde siempre lo observaba.
Un poco nervioso, sacó una de sus garras para tocar vidrio. Entonces, Hiroki apareció.

A wonderful Cat life 🐱/ Song-fic - One-shotWhere stories live. Discover now