Me encontraba corriendo en la hermosa pradera mientras observaba el atardecer, me encantaba venir aquí cada vez que podía, me hacía sentir en paz conmigo misma. Pero al caer la noche, en la pradera solo se escuchaban el cantar de los animales nocturnos y la luz de la luna llena que brillaba intensamente, a lo largo justo en la derecha donde la pradera se termina y comienza la montaña, donde sus altos, además de abundantes árboles no dejan apreciar el interior de esta, un sonido de agonía se hace presente, eso pone a mis sentidos alerta. No sé si ir a ver qué lo provoca o correr, pero la curiosidad del ser humano es gigante, entonces, me dirigí adentrándome al bosque hasta llegar a una cabaña un poco desgastada, pero había algo que la hacia lucir hermosa era el rosal de flores rojas que se extendía alrededor de esa casa. Otro grito de dolor me saca de mis pensamientos y sin pensarlo dos veces abro la puerta.
Un ser, un ser pálido y musculoso se encontraba en el suelo cubierto de un líquido negro, no sabía si irme o quedarme a ayudarle, el miedo se apoderaba de mi cuerpo tan rápidamente mientras ese sujeto solo lloriqueaba, pero soy fuerte, debo de ayudar a todo aquel que se encuentre en peligro, con paso ligero y dejando mi miedo atrás le ayudo a levantarse sentándolo en un sillón, él se queja de dolor mientras me observa, de su espalda saca un tentáculo que acaricia mi mejilla.
-Te estaba esperando.
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Las Rosas Malditas 🥀
FanfictionAyudalo, solo las personas egoístas dejan a alguien atrás. libro #2 saga de colores.