¿Sería mejor si fuera peor?

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La verdad no sé que taaaan grave suponga estar esto, tenía mi playlist cachondo de fondo cosa de manera irónica porque esto es angst, además que estaba usando mi capita de Harry Potter mientras tenía a mi gato trepándome la espalda.

Mis única advertencia es que posiblemente se sienta OoC, además que anda sin betear, ni modo.

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Akaashi fue el primero en decir Te amo.

Y Bokuto estaba confundido.

Tuvo que acercar el celular y cerrar su aplicación varias veces para terminar de creérselo. Incluso aumentó el tono del brillo en el aparato por si su baja luminosidad y el hecho de que eran las cuatro de la mañana no engañaban a su pesada visión nocturna. Pero nada, el mensaje seguía ahí, titilando en una notificación grisácea, rectangularmente perpetua esperando su respuesta. Apretó la primera letra de ella con su pulgar dejando la yema del mismo sobre ésta, ¿cómo supone debía responder a eso? Tal vez con un «Yo también» o quizá sería mejor un «¡Igual!» y añadía una de esas estúpidas caras que de vez en cuando le solía acoplar. Fuese como fuese, Kōtarō no pasó de la segunda silaba y ya llevaba quince minutos sin dar contienda alguna. Después de ese texto, Akaashi dejó de dar señales de vida, cosa que le calmó un poco ya que no reaccionaba bien bajo presión a menos que tuviera un balón entre las manos. Dejó el coso sobre el escritorio a su derecha y se hundió entre las cobijas.

Pero no pudo dormir.

A su vez, se la paso contando las estrellas de pegatina fluorescente sobre el techo que su hermana había pegado. Se fijó en aquella que estaba a punto de caer desde hace un mes. El exactamente mes que Keiji fue a su casa a pasar el rato y que en algún punto terminaron en lo mismo. Toqueteos por aquí y por allá.

Lo gracioso era que no eran pareja. No eran pareja y se tocaban, no eran pareja y se besaban, se tomaban de las manos y se decían lo mucho que dependían el uno del otro. Pero a pesar de eso, no estaban juntos. Y para ser sinceros, ni siquiera él sabía si eran algo. En lo que definitivamente estaban de acuerdo, era que no tocaban el famoso termino de amigos con derecho, sino que más bien ambas partes llegaron a la conclusión de solo ser una tensión. Aun así todo era bastante confuso, pues no convivían el tiempo suficiente para quedar establecidos y los momentos de cariño se perdían después de un rato. Entonces, tomando en cuenta eso, era más que obvio que aquel "Te amo" iba a sacarlo de lugar.

Justo ahora, Kōtarō no tenía idea de que tipo de respuesta debía dar o mínimo lo que Akaashi le gustaría escuchar, porque de lo que estaba seguro era que no iba a contestarle por el mismo medio, él iba decirle las cosas como eran, en persona. Claro, cuando supiese que debía decir. Fue cuando dieron las seis-y-tanto que sus parpados se cerraron sin haber conseguido alguna solución. Total, tendría que improvisar.

Sin embargo, la oportunidad nunca llegó, pues resultó totalmente ignorado por el chico apenas y cruzaron vista.

Los momentos románticos siempre eran efímeros.

¿Le había dado tantas vueltas para eso?

Que estúpido.

Media tarde después, Akaashi se disculpó por ello culpando a la noche por su tontería.

Pero eso no le puso fin, en cambio, les dio pase de crear un ciclo. Un ciclo enfermizo pero hermoso, que les daba la ilusión de estar en algo, de creer en la posibilidad de crear un lazo y el primero en romperlo fue el mismo que había dicho Te amo.

Parecía un mal chiste.

Una broma sin gracia que igualmente inició con un mensaje.

"Creo que tienes una idea de esto, ¿cierto? Genial, porque realmente no quiero explicártelo de más. Sé que hemos sido un poco indiferentes las últimas veces que hemos hablado y eso es por una sola cosa. Ambos sabemos que no estamos funcionando bien, que debimos tener en claro lo que seriamos desde un principio y que hablarlo a través de un texto no es lo más correcto, así que me disculpo por ello. Pero, supongo que da igual si me apresuro a lo que quiero llegar y es solo que. . . bueno, me gustas. Lo sé, lo sabes, lo sabemos. Y hablo por los dos cuando ninguno tenía idea de cómo reaccionar. Creía que, si nos tomábamos un cierto tiempo para olvidar, me quedaría claro que no llegaríamos a más y podríamos seguir actuando como si nada, lo cual. . . no funcionó. Pensaba que existiríamos como un par de amigos y solo eso, sin encuentros casuales o algo parecido, que lo que hacíamos solo era una mala pasada de la juventud, sin embargo, nos volvemos a tocar y yo me volví a sentir igual. Escribo esto por varias razones, la primera, naturalmente, era que debía decírtelo, la segunda, para explicarte mi comportamiento (la vez que te ignoré durante dos meses seguidos) y la tercera, es que me gustaría que dejaras de ser así conmigo. Es doloroso leer todas las cosas que has escrito, que dijiste o siquiera prometiste, solo me haces más difícil la tarea de creer que solo seremos amigos. . . "

Tú PrimeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora