Me despierto ya que la luz solar daba en mi rostro. Enojada me ubico boca abajo intentando volver a dormir pero fue imposible debido a un insoportable ruido que venía de afuera.
-Domingo a la 8 de la mañana, a quien se le ocurre mudarse? -me dije a mi misma mientras ingresaba al baño.
Hice la rutina de siempre y baje a saludar a mi familia que estaba compuesta por mi mamá Marcela, mi papá Hugo y mi hermana mayor Lara.
-Buenos días reina. -exclamo mi papá. -el desayuno está en la mesa.
-Buenos días. -dije dando un beso en la mejilla a cada uno. -Vecinos nuevos? -pregunte.
-Eso parece, hoy los vamos a conocer en el asado. -Me respondió mi madre.
Me ubique en mi lugar de la mesa y comencé a desayunar para luego cambiarme e ir a la casa de mi mejor amiga Bianca, donde se realizaría el almuerzo.
(...)
No sabía que ponerme, revolvi todo mi armario hasta que encontré un conjunto que me gustara (foto). Me coloco la ropa y voy al baño a peinarme y a ponerme un poco de base en mi cara.
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Al terminar de prepararme decidí ir, antes que mis padres, a la casa de Bianca. Agarre mis llaves y me despedí. Al salir el sol dió en mi cara haciendo que no pueda ver absolutamente nada, a esto tape como pude el sol y pude ver como un chico de la mudanza me estaba mirando, y rápidamente me fui. No es que no me guste que me miren, al contrario me encanta, pero me sentí incómoda. La casa de mi amiga no quedaba muy lejos y a los 4 minutos ya estaba allí. Toco timbre y me abre su padre, quien me saluda y me hace pasar.
-Hola! -dije ya que había bastante gente y no quería saludar uno por uno.
-Hola Mica, Bian está en su habitación, pasa. -dijo su madre mientras dejaba de cocinar para saludarme.
Fui hacia las escaleras y las subí. Allí fui a la habitación de Bianca y toco la puerta para entrar.
-PASE! -Gritó.
-Buenaaaas! -exclame
-Hola Mica! -dijo abrazandome. - Que suerte que viniste no sabía que ponerme, vení ayúdame.
(...)
Nos encontramos sentadas en el lugar de siempre esperando a que la comida llegase.
-Atencion por favor. -Dijo uno de los vecinos. -Vamos a darles la bienvenida a la familia Nayar! -exclamo mientras aplaudia.
Los nuevos vecinos... Aquellos que no paraban de hacer ruido a la mañana. Con Bianca aplaudimos sin saber de quienes estaban hablando, es decir, sabíamos que son nuevos, pero nunca le vimos la cara a ellos. Próximo a eso la comida ingreso al gran comedor y comenzamos a comer mientras los adultos converzaban.
