Un pitido resonaba por la habitación, inundando la estancia con aquel constante y molesto sonido.
Abrí los ojos y me encuentré en el hospital, dónde habíamos sido trasladados después de la batalla contra Stain, el asesino de héroes. Aún recuerdaba su mirada, tan ardiente como el fuego, atravesando todo mi ser.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo que se estremeciera.
—Midoriya —una voz se escuchó a mi lado, aunque aún me encontraba demasiado dormido como para prestarle atención—. Oye, despierta.
Me incorporé con dificultad y miré a mi alrededor. Una habitación, de colores claros, dónde principalmente predominaba el blanco, molestaba mi vista. Entrecerré los ojos para no reflejarme demasiado con la luz, y me estiré aún entumecido. A mi lado se encontraba Todoroki-kun quién me miraba con una expresión seria, y en frente a Iida-kun, al parecer relajado porque hubiera despertado.
—¡Buenos días, Midoriya-kun! —tan enérgico como siempre, el delegado me saludaba con mucho ánimo.
—Buenos días... —un bostezo inundó mi boca, delatando mi recién despertar.
El chico de pelo bicolor sonrió con dulzura mientras me miraba.
—Ya era hora de que despertaras, ¿no crees?
Le miré aún algo adormilado, pero le sonreí con naturalidad.
—Perdón —una carcajada proveniente de mi garganta hizo que me despejara—. Realmente es un tranquilizante fuerte el que nos han puesto ¿no?
—Sólo ha sido a ti y a Iida —respondió el chico posando su mirada en mi amigo—. Pero sí, es algo fuerte en mi opinión. Aunque teniendo en cuenta la gravedad de vuestras heridas era comprensible.
Al igual que Todoroki-kun, deposité mi mirada en Iida-kun; quien, ahora que me fijaba, iba vestido con el uniforme escolar, en lugar de la bata que nos proporcionaron a él y a mí. Aunque tenía visibles vendajes y apósitos, se veía bastante bien.
Al parecer, mi amigo se dio cuenta de que reparé en el detalle, por lo que se acercó a mí.
—Te hemos despertado para despedirme —comenzó—. A mí ya me han dado el alta.
Mi rostro mostró sorpresa de inmediato.
—¡Eso es estupendo, Iida-kun!
El chico se agachó haciendo una reverencia.
—Gracias por todo. Si no hubierais estado allí yo no...
—Olvídate de eso —le interrumpió Todoroki-kun—. Eres nuestro amigo, iremos las veces que sean necesarias.
Haciendo un amago de retener sus lágrimas, cerró los ojos con fuerza, aún agachado.
—... Gracias.
Nuestro delegado de la clase salió de la sala, dejándonos a nosotros dos solos.
Estuvimos conversando durante toda la mañana, tanto sobre el asesino de héroes como del trato establecido con la policía. También hablamos de cosas más triviales, y no nos percatamos de que el día se nos pasó volado. Al parecer, a Todoroki-kun le daban el alta al día siguiente, por lo que el resto de mi estancia sería bastante más aburrida una vez él se fuera.
Y así, llegó la noche y ambos nos tumbamos en nuestras respectivas camas. El silencio era bastante acogedor, aunque también algo incómodo. Decidí arroparme con más mantas ya que tenía algo de frío; y pocos minutos después el sueño se apoderó de mí.
No sé cuánto tiempo debió haber pasado, pero me desperté, aún con el cielo oscurecido, sudando en grandes cantidades. Cómo si hubieran puesto alguna especie de calefactor, me levanté para apagarlo, pero no encontré dicho aparato.

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No me dejes solo [One Shot Midoriya x Todoroki]
FanfictionDespués de la pelea con Stain, el asesino de héroes, Midoriya y sus dos amigos son ingresados en el hospital debido a sus heridas. Iida es el primero en recibir el alta, por lo que el heredero de One for All deberá compartir habitación con Todoroki...